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Boca San Carlos: el colorido pueblo fronterizo que se niega a morir
Abrazado por el río San Carlos y el río San Juan, este es un pequeño pueblo de 50 familias que subsiste con mucho esfuerzo.
Estamos en Boca Tapada de San Carlos, Alajuela, para contarles una historia muy particular, pero también de mucha ayuda. Se trata de la visita de un ave, que es conocida como "la atrapamoscas" o Royal fly catcher, un pajarito que por su pequeño tamaño es de difícil avistamiento (ver video adjunto).
Normalmente, en el bosque sería casi imposible de encontrar; pero, desde hace dos años, en el jardín de la familia de Yadira Solórzano y casi por voluntad de Dios, la "atrapamoscas" viene a empollar. Ella construye su nido a la orilla de un río, permanece cerca de mes y medio y, durante ese tiempo, llegan decenas de fotógrafos ticos y de todo el mundo a tratar de capturar un momento especial.
La especialidad de esta ave es su cresta, que no siempre la exhibe y, por eso, los fotógrafos pagan más de 10 mil colones por entrar al jardín de Solórzano: llegan entre siete y 10 cada día.
Solórzano es madre soltera y aprendió que la conservación y el buen ojo le pueden generar ingresos indispensables para el sostén de la familia y, de paso, también para la comunidad. El número de ella es 7233- 6237.