Estilo de Vida
¡Cuidado con los 'shots' de aceite de oliva!
Muchos 'influencers' aseguran que consumir el aceite de esta manera es muy beneficioso para la piel, pero esta práctica no tiene ninguna base científica.
Redacción: Miguel Fallas
¿Alguna vez ha comido un paquete entero de galletas sin darse cuenta? Eso podría ser hambre emocional. A diferencia del hambre fisiológica, que es una señal de que el cuerpo necesita energía, el hambre emocional está más relacionado con las emociones.
Cuando comemos por aburrimiento, tristeza o estrés, estamos utilizando la comida como una forma de calmarnos, pero esta práctica puede llevarnos a comer en exceso y a sentirnos mal después.
¿Cómo saber si se trata de hambre emocional o fisiológica? Preste atención a cómo se siente su cuerpo. El hambre fisiológica suele aparecer de forma gradual, se siente en el estómago y se calma con cualquier alimento.
En cambio, el hambre emocional aparece de repente, es intenso y exige un alimento específico para satisfacerlo. Además, el hambre emocional suele ir acompañado de otros sentimientos como ansiedad, tristeza o aburrimiento.
La buena noticia es que hay muchas maneras de atenuarlo. Intente distraerse con alguna actividad que disfrute, como leer o salir a caminar. También puede practicar técnicas de relajación para calmar su mente. Recuerde que comer de manera consciente le ayudará a tener una mejor relación con la comida y a cuidar su bienestar.
Encuentre más detalles en el video que aparece en la portada de este texto.
Para más información puede contactar a Patricia Odio al 8441-1212 y en Facebook como: Patricia Odio Psicóloga.