POR Luis Jiménez | 24 de julio de 2022, 8:06 AM

Álvaro Ramos y Gerardo Castaing, analistas en seguridad y criminología, consideran que es muy probable que la ayuda policial que ha recibido el supuesto narcotraficante más buscado del país de nombre, Alejandro Arias Monge, conocido como “El Diablo”, ha evitado su captura.​

Además, la zona montañosa en donde vive, como lo es Pococí de Limón y alrededores, es punto clave para aún no ser encontrado.

Desde el año 2010, las autoridades del Ministerio de Seguridad Pública y del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) comenzaron a investigar a Arias, quien inició en el mundo del crimen con asaltos, robos, homicidios, venta de droga en pequeñas cantidades y, actualmente, es uno de los hombres más buscados del país.

Teletica.com conversó con Ramos y Castaing y esto fue lo que dijeron.

Álvaro Ramos

¿Por qué las autoridades policiales todavía no encuentran a “El Diablo”?

En el país hay mucha impunidad, corrupción en todos los sectores y “El Diablo” utiliza muchos medios para lograr controlar todas las situaciones en su entorno y no el Estado costarricense.

El narcotráfico, en su versión más operativa, logró penetrar las instituciones del Estado y no al revés. 

Hemos visto que “El Diablo" es habilidoso y particularmente tiene capacidad de maniobra en la zona de Guápiles, Cariari y Sarapiquí. Se indica que, algunas veces, hasta es transportado en vehículos policiales y asuntos similares a eso, lo que claramente nos ubica en un problema.

Prácticamente han comprado a todos los cuerpos policiales. Se necesita ayuda externa como el polígrafo o detector de mentiras en los policías para entender si tienen esas implicaciones.

¿Además de la zona Atlántica, en cuáles otras zonas opera “el Diablo”?

En Costa Rica han crecido y se han fortalecido las estructuras narco que eran pequeñas y medianas hasta hace pocos años. En la zona Atlántica la del “Diablo” no es la única, hay unas siete más que han estado mucho tiempo en el mundo del crimen organizado y están claramente identificadas, sin embargo, también las hay en la Zona Sur y en el Pacífico, así como en el Valle Central y Guanacaste.

Hay un crecimiento en las regiones turísticas y se debe a la situación de un trasiego de droga que viene desde el Atlántico.

Con respecto al “Diablo”, su estructura está creciendo muy rápido hacia el Pacífico y ya se han visto problemas graves como homicidios en Huacas y en Tamarindo que estarían ligados a este grupo.

El problema fundamental en estas zonas es que ya el grupo tuvo oportunidad de crear una penetración hacia el Estado.

Además, hay un dominio y estructura que está operando en los muelles que ayuda a que el narco haya convertido a Limón en uno de los grandes exportadores de cocaína en el mundo. Claramente en un día no muy lejano esta zona del país va a hacer un Estado fallido.

¿Cree que las autoridades están actuando al margen de la ley y con impunidad?

La policía captura a miembros de estas bandas en Limón, pero por amenazas a testigos, antes y durante de los juicios, quedan libres porque no llegan porque los matan, desaparecen o son amenazados.

El problema del “Diablo” viene desde Calero, porque del lado nicaragüense hay implicaciones con el narcotráfico, crimen organizado, trata de personas y el Estado costarricense abandonó estas zonas por lo que ahora estamos pagando claramente un precio muy alto.

Sí hay impunidad, corrupción en todos los sectores y el “Diablo” utiliza todos los medios para lograr ser el que controla las situaciones.

Los cuerpos policiales están comprometidos con este líder narco, hay sumas específicas y altas por sicariato que, al parecer, van desde los 20 mil a 100 mil dólares. Es claro que este grupo controla las estructuras estatales.

Gerardo Castaing

¿Por qué cuesta tanto capturar al “Diablo”?

La evolución del “Diablo” es criminal y empieza en Cahuita, Limón, luego se traslada a toda la zona de Guápiles y ahí empieza a desarrollar este mercado de drogas y algunos otros delitos, lo que le ha permitido, porque él es de ahí, conocer profundamente la región que es muy montañosa. A cualquier grupo policial se le hace difícil el manejo de esta región por ese factor.

¿Por dónde se mueve el Diablo para no ser detenido?

Por la zona de donde es él, es muy fácil trasladarse a la parte de Nicaragua y se podría estar moviendo al vecino país constantemente, estar allá y volver. Mientras no está, delega funciones en cuanto al tráfico de drogas y comisión de otros delitos.

Es claro que toda la región es difícil de manejar porque es urbana, montañosa, hay sitios donde es complicado encontrar personas, además están los canales de Tortuguero, Parismina y Colorado que tienen un manejo muy difícil, pero alguien que conozca bien se va a desenvolver perfectamente sin que lo capturen.

¿Los mismos policías están protegiendo al “Diablo”?

No creo que de forma sistemática se esté dando que los policías cubran o protejan al “Diablo”. Puede ser que, de forma aislada, haya una relación o situación que lo favorezca.

 Lo que sí se puede dar es que los ciudadanos de la zona, por miedo o conveniencia, estén ayudando a ocultarlo y eso si se convierte en un factor difícil de manejar, porque ni siquiera por inteligencia se obtendrían datos para lograr su captura.

¿Qué es lo que está fallando dentro de los cuerpos policiales?

Los cuerpos policiales no están fallando, tal vez se debe de direccionar la inteligencia de otra forma porque ellos (autoridades) reciben información como datos y eso hay que convertirlo en inteligencia por medio de vigilancias, seguimiento e intervenciones telefónicas, lo cual puede generar datos falsos o reales.

La policía tiene que presionar mucho más en la zona y, cuando esto pase, algunos grupos criminales, al ver que se están viendo afectados sus mercados, podrían dar información a las autoridades porque les conviene eliminarlo a él y quedar con los mercados.

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