POR Calle 7 Redacción | 12 de mayo de 2023, 18:02 PM

Periodistas: David Sibaja y Rubén McAdam

Con el paso de los años, la paz que en algún momento disfrutaban los costarricenses empezó a desaparecer. Con la ola de criminalidad que acecha al país, cientos de vecinos se encierran detrás de las puertas de su casa por temor a convertirse en víctimas de la delincuencia.

Ese ha sido el caso de Olga Fletes, quien, en el video adjunto, explica que ahora se ha visto obligada a atender a sus clientes desde el interior de su local.

Los ricos aromas que desprende su panadería ahora se ven opacados por unas gruesas verjas de color rojo y muchos candados.

“Con tantos delincuentes libres, para poder trabajar hay que estar encerrado, para poder protegernos un poco. Es algo incómodo también para el cliente, porque para ellos es feo tener que venir a comprar detrás de unos barrotes”, explica en el video adjunto.


Esta empresaria refleja el panorama que hoy se vive en las ciudades. 

Portones, alambres de púa, alambres de navaja y cámaras de seguridad han cambiado la fachada de nuestras calles en respuesta al temor generalizado que aqueja a la población dentro de un país donde cada 20 minutos se registra un robo en una casa.

“La desconfianza hacia las instituciones encargadas de administrar la seguridad ahora se expresa en el encerramiento de los hogares”, explica la criminóloga Karla Alvarado.

Los alambres de navaja se han popularizado como uno de los aliados principales de los dueños de hogares para combatir la inseguridad.

Esteban Calderón, un vecino de Montes de Oca, alambró el perímetro de su casa para sentirse más protegido.

“La inseguridad aquí en San Pedro está pésima. En la parte de atrás puse alambre de navaja”, le contó a las cámaras de Calle 7 Informativo.

La seguridad tiene un alto precio

Además de la inseguridad, los costarricenses también se enfrentan al gasto que supone implementar medidas básicas de seguridad en su casa.

Por ejemplo, el alambre de púas de 300 metros tiene un costo aproximado de ₡30.000. Los 300 metros de alambre de navajas cuestan ₡44.000 en promedio. El electrificado sale en un monto cercano a los ₡150.000.

A estos precios hay que sumarle la mano de obra, cuyo costo estándar ronda los ₡6.000 por hora.

“El alambre de navaja funciona, pero es mejor reforzarlo con electricidad para estar más seguros. Sirve, pero hay que ponerlo bien tupidito y bien instalado”, explica Aparicio Montero, técnico en instalación de seguridad.

Expertos recomiendan cambiar los alambres cada 10 años, sin embargo, este método es uno de tantos que existen para mantener su hogar seguro.

Verjas, cámaras de seguridad, alarmas, candados y cerraduras en puertas y ventanas también son métodos efectivos y comunes de protección ante la delincuencia.

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