POR | 14 de octubre de 2024, 16:02 PM

Periodista: David Sibaja.

Los días de Alexandria ya no son normales. Entre pastillas, un bastón y ayuda, diariamente ella se mueve en su casa, con grandes dolores en su columna. Estos le quitaron, según dice, la calidad de vida.

“Mi día a día es no tener vida, lo puedo resumir en eso porque no me puedo levantar sola, no me puedo bañar sola, no me puedo poner ni los zapatos”, dijo la paciente.

La vecina de La Trinidad de Alajuela tiene un atrapamiento cubital codo izquierdo, lumbalgia que irradia a MII con parestesias asociadas, discopatía con protrusión L5-S1 con estenosis foraminal izquierda, enfermedad discal multinivel, conducto lumbar estrecho y estenosis foraminal L5-S1.

Todo eso, se traduce en lo siguiente: “Cada hora, tengo que levantarme a caminar por toda la casa: duermo una hora, me levanto una hora, porque en esta condición uno no puede estar ni acostada, ni sentada, ni de pie”, expresó Quesada, visiblemente afectada por el dolor.

Ella es una de las pacientes afectadas por el cierre del Programa de Operaciones de Columna en el Centro Nacional de Rehabilitación (Cenare). La renuncia de siete funcionarios dificulta la continuación del servicio y, además de Alexandria, 158 pacientes viven hoy con la incertidumbre, mientras el dolor crece cada día más.

En la Caja Costarricense de Seguro Social preparan una respuesta para este tema; de momento, no hablan con nosotros. Quesada ganó un recurso de amparo, pero entre el Cenare y el Hospital México se tiran la responsabilidad de su tratamiento y la dejaron en el limbo.

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