Gobierno impone, a la fuerza, discusión de empleo público
Tras la negativa de los diputados para sesionar a doble jornada, el Ejecutivo reaccionó retirando los 181 proyectos que había convocado el lunes anterior.
El pulso entre el Gobierno y los diputados por la reforma al empleo público tomó hoy tintes de guerra con el retiro por parte del Ejecutivo de los 181 proyectos que había convocado el lunes anterior.
El decreto, firmado por el presidente Carlos Alvarado, dejó a la reforma como el único expediente en la agenda legislativa apenas minutos después de que los diputados se negaran a sesionar a doble jornada la próxima semana.
Fue una clara represalia del Gobierno al rechazo legislativo por meterle al acelerador a la reforma, que avanza con serios retrasos en la agenda de Cuesta de Moras.
En un video en redes sociales, la ministra de la Presidencia, Geaninna Dinarte, aseguró que el Gobierno se vio obligado a tomar esta decisión para lograr la aprobación del expediente.
"El Gobierno de la República se ve llamado a facilitar las condiciones que sean necesarias para que en estas sesiones extraordinarias se logre la aprobación del proyecto de Empleo Público, por ello es que hemos enviado una desconvocatoria de los proyectos que recién ingresaron esta semana, con el afán de facilitar que el plenario pueda abocarse al concluir la primera fase del trámite legislativo de esta iniciativa de ley", dijo la ministra.
A inicios de semana, ante la insistencia de un grupo numerosos de legisladores, el Ejecutivo había convocado un total de 181 iniciativas de ley para promover una discusión más amplia, pues en la agenda solo estaba esa reforma.
Sin embargo, esta tarde se presentó una moción para que mañana jueves y la próxima semana se volviera a sesionar de 9:15 a. m. hasta las 6 p. m., como se había venido haciendo, con prioridad al proyecto de empleo público.
Esa moción, que requería 38 votos para aprobarse, apenas consiguió 34 en un primer momento.
El PAC presentó una moción de revisión y un receso para tratar de conseguir los votos necesarios.
Entre los ausentes que regresaron al Plenario estuvo el oficialista Welmer Ramos, quien, sin embargo, votó en contra.
La revisión se aprobó, pero la moción fue nuevamente rechazada con 35 votos a favor y ocho en contra.
Los diputados que se opusieron fueron Nidia Céspedes, Dragos Dolanescu, Shirley Díaz, Wálter Muñoz, Patricia Villegas, Zoila Rosa Volio, José María Villalta y el propio Ramos.
La decisión del Gobierno tensa la relación con el Legislativo, que se concentrará entonces en la reforma y en conseguir llevarla hasta su votación en primer debate.
Para convertirse en ley el proyecto necesita 38 votos y además superar una consulta de constitucionalidad.