Por Julio Naranjo |24 de octubre de 2019, 18:25 PM

Un grupo de manifestantes cumplieron este jueves una semana de tener completamente tomado el edificio de la Rectoría de la Universidad Nacional (UNA) en Heredia.

Ni los acuerdos entre autoridades universitarias con el Gobierno por las restricciones del FEES el pasado martes, ni los gases lacrimógenos esparcidos por la Fuerza Pública la madrugada del miércoles lograron deponer las protestas.

Lo cierto es que el edificio de Rectoría, ubicado al frente del Campus Omar Dengo en el centro de la provincia de las flores, es en este momento territorio única y exclusivamente de los manifestantes.

Pese a que el conflicto del FEES ya fue resuelto, aún sigue presente su lucha con cánticos y declaraciones por medio de megáfonos, incluso, ahora sus consignas se presentan con mensajes escritos en pancartas, en la propia la calle y en las paredes del que se ha convertido en su fortín.

También hay música para todos los gustos, la cual anima desde el balcón de dicho inmueble a manifestantes que por momentos se envalentonan y alzan la voz con discursos que no necesariamente buscan un mismo objetivo.

Mientras tanto, a la orilla de la que es la arteria más importante de ingreso a la provincia herediana, fue habilitado un pequeño carril por donde se desahoga un poco el paso de los vehículos.

En los carros también son visibles los gestos de choferes y pasajeros de bus ante la manifestación. A través del vidrio, muchos no pueden ocultar su desaprobación, mientras que otros con el sonido de su bocina alientan la protesta.

Propias leyes

El espacio que mantienen bajo su dominio -cerca de 50 metros de vía pública- se encuentra acordonado por efectivos de Fuerza Pública que se alternan 24 horas para resguardar el lugar.

Al mismo tiempo, oficiales de seguridad de la propia universidad ven desde el otro costado de la calle cómo los manifestantes hacen y deshacen.

Para ellos, así como para los propios funcionarios de la UNA, las condiciones han cambiado para ingresar al edificio donde hasta hace una semana laboraban.

De querer hacerlo, los propios colaboradores del centro universitario deberán pedir una autorización a una junta directiva nombrada por los manifestantes.

Además, advierten a los medios de comunicación la necesidad de identificarse con esta misma “autoridad” para autorizar la toma de fotografías y videos. “Es totalmente prohibido grabar rostros”, señaló uno de ellos.

La protesta es pacífica. Dentro del variopinto de imágenes también se pudo observar a manifestantes repartiendo agua y confites a los policías que aguantan por horas las inclemencias del sol y la lluvia, día y noche.

Acercamiento

Autoridades de la universidad señalaron esta tarde que los esfuerzos que realizan para acercarse y dialogar con los manifestantes aun no fructifican.

“Se han tomado un conjunto de medidas para generar un diálogo que permita que los estudiantes que permanecen en el edificio lo dejen por su propia voluntad”, destacó Ana Hernández, rectora adjunta de la UNA.

Por acuerdo de los cuatro órganos colegiados de este centro de enseñanza superior se nombró a una Comisión de Enlace integrada por académicos, los cuales tienen la tarea de encontrar canales de comunicación.

“Por todos los medios a nuestro alcance se quiere una solución pacífica que cuide primeramente la integridad de las personas y luego los bienes de la universidad.

“El diálogo camina con lentitud, pero avanza según las reglas definidas por las partes. Tenemos confianza en una pronta solución”, concluyó Hernández.

Las clases en el Campus Omar Dengo se mantienen suspendidas hasta nuevo aviso.