CNE alerta sobre mayor riesgo de huracanes cercanos a Costa Rica
Aunque se espera que la temporada de huracanes 2024 tenga menos eventos que la del año anterior, un mayor número de estos podría afectar al país, según la Comisión Nacional de Emergencias.
Aunque las lluvias han afectado al país en las últimas semanas, se espera que los eventos más extremos ocurran en agosto con el impacto de La Niña, lo que podría aumentar la formación de huracanes en trayectorias cercanas a Costa Rica, según advierte la Comisión Nacional de Emergencia (CNE).
Según explicó Lidier Esquivel, jefe de la Unidad de Análisis del Riesgo de la CNE, lo que sucede es que las características del fenómeno de La Niña aumentan la probabilidad de que los huracanes pasen cerca de Costa Rica.
"La estadística nos acerca mucho a los eventos. Podrían pasar muy cerca, similar a lo que experimentamos con Otto (en 2016) y César (en 1996), que tuvieron esta trayectoria", recalcó.
Esquivel dice que esto se debe a que “una de las características del fenómeno de La Niña es que el mar se calienta mucho en Atlántico, y las condiciones de mar cálido hacen que estos eventos se acerquen más a nosotros. El año pasado, el Atlántico estaba más cálido, entonces las tormentas tendían a moverse más hacia el norte”.
La temporada de huracanes 2024 inició el pasado 1° de junio y se extenderá hasta el 30 de noviembre. El Instituto Meteorológico Nacional advirtió que se esperan hasta ocho huracanes menores (categoría 1 o 2) y hasta cinco mayores (de categorías 3 a 5) en la cuenca del Atlántico. Se prevé que se formen entre 18 y 21 tormentas con nombre.
Durante una temporada promedio, las dos cuencas registran 29 tormentas con nombre. En 2023, hubo 37. Solo algunos de estos fenómenos tocaron tierra como huracanes importantes: Idalia en el Atlántico, y Lidia y Otis en el Pacífico.
El experto de la CNE sugirió que, como país, deberíamos considerar estos escenarios climáticos extremos, donde podría haber zonas que antes no eran riesgosas y que ahora sí lo serán.
"Por ejemplo, antes del huracán Otto, el IMN planteaba que la probabilidad de que un huracán ingresara a nuestro territorio era de menos del 0.1%. Desde ese evento, nos ha pasado dos veces y hemos tenido otros muy cercanos. Esto podría ser un reflejo de que las cosas están cambiando más rápido de lo que creemos”, explicó Esquivel.
El funcionario también advirtió que esto plantea otros desafíos en términos de prevención. Aunque actualmente el factor humano, como la falta de ordenamiento, tiene el mayor peso en términos de riesgo o vulnerabilidad a eventos de este tipo, en el futuro, los factores de variabilidad climática o cambio climático podrían empezar a pesar más.
“Tenemos un reto como país, que es la ocupación del territorio. No necesariamente tenemos más deslizamientos, sino que cada vez hay más infraestructura y más población expuesta”, agregó.
El experto señaló que los escenarios están cambiando y volviéndose más complejos. “Los disparadores principales, la lluvia, están teniendo comportamientos al alza. Eventos raros y extremos que antes veíamos muy esporádicamente ahora ocurren con más frecuencia. Necesitamos actuar más sobre la prevención, aunque lamentablemente las medidas pueden ser dolorosas, como desplazar comunidades”, concluyó Esquivel.