“El trapiche de papá”: un dulce emprendimiento en las alturas de Arancibia
Se trata de un proyecto que combina tradición, naturaleza y aventura, todo bajo la dirección de Pedro Miranda.
Enclavado en las montañas de Puntarenas, donde el clima y la vegetación parecen transportarnos a cualquier otro rincón del país, se encuentra el pequeño y pintoresco pueblo de Arancibia.
Aunque pocos lo conocen, este lugar alberga una joya escondida: “El trapiche de papá”, un proyecto que combina tradición, naturaleza y aventura, todo bajo la dirección de Pedro Miranda, un emprendedor que ha transformado su pasión por la caña de azúcar en una experiencia única para los visitantes (ver nota completa en el video adjunto).
Hace tres años, Miranda inició el negocio con el objetivo de mantener viva la tradición del procesamiento de la caña de azúcar, un oficio que ha pasado de generación en generación en su familia. Sin embargo, este proyecto no se limita solo a la producción de dulce: es también un espacio educativo donde los visitantes pueden aprender sobre el proceso completo de la caña, desde su siembra hasta la creación de productos como la tapa de dulce.
El atractivo de “El trapiche de papá” no se detiene en el dulce. Él ha creado un entorno que invita a disfrutar de la naturaleza en su máxima expresión. El lugar cuenta con senderos que serpentean por exuberantes jardines; pozas de agua cristalina, donde los visitantes pueden refrescarse; casas del árbol que ofrecen vistas panorámicas, y espacios designados para acampar bajo el cielo estrellado.
Además, para los amantes de la observación de aves, Arancibia es un verdadero paraíso, con una gran diversidad de especies que se pueden avistar durante el recorrido.
Este rincón de Puntarenas, aunque remoto, ha capturado la esencia de lo que significa desconectarse de la rutina y reconectar con lo esencial. Arancibia, ubicado a unos 40 minutos en carro desde el centro de Miramar, es accesible solo en vehículos 4x4, una travesía que bien vale la pena para quienes buscan una experiencia auténtica y enriquecedora.
Además, debido a la exclusividad y el cuidado que don Pedro pone en cada visita, solo es posible acceder al lugar con reservación previa, asegurando así una experiencia personalizada y sin aglomeraciones.
¿Desea vivir esta experiencia? Puede reservar al número telefónico 8749-6914.