El último asalto
A cuatro meses de que acabe el año, son muchas las situaciones que se pueden revertir para el 31 de diciembre, así como lo hace un atleta cuando parece que ya dio todo y guarda lo mejor para el final.
Carlos Aguirre / Consultor Desarrollo Humano Estratégico.
En los deportes, por lo general, es muy normal que, al final de una competencia, el atleta haya dado todo de sí hasta quedar exhausto. No importa lo cansado que un boxeador se encuentre debido a los 11 asaltos anteriores, su rendimiento en el asalto 12 es diferente, es una historia aparte, como si un nuevo aire llegara a los atletas, quienes, posiblemente, deben emplear un recurso muy importante y, a veces poco trabajado, que es el coraje de ganar, la actitud mental positiva.
Estamos a solo cuatro meses de que se acabe otro año, pero en esos meses son muchas las situaciones que se pueden revertir para salir adelante el 31 de diciembre, de igual forma que lo hace un atleta cuando, aunque parece que ya dio todo, guarda lo mejor para el final.
Tenemos aún la oportunidad de hacernos algunas preguntas clave: ¿Cómo lo hemos hecho hasta ahora? Si tuviéramos que darnos una calificación, ¿cuál sería? ¿Nos sentimos realmente felices con esos resultados? ¿Qué podemos hacer para mejorar? ¿Cuáles son las acciones que debemos emprender para que aquello que planificamos se vuelva una realidad?
En nuestros trabajos, oficios, profesiones o en la manera en la que nos ganamos la vida, ¿estamos satisfechos con lo alcanzado hasta ahora? ¿Qué dicen esos resultados? ¿Cuáles son las emociones que cargamos como consecuencia de las decisiones que hemos tomado?
En la actualidad, muchos dirán que ha sido un año complicado, y tal vez así lo ha sido hasta hoy. Es probable que los resultados de nuestras labores no hayan sido los mejores, quizás hemos perdido a algún ser querido, o nuestra salud o la de una persona cercana no ha andado muy bien. Existen situaciones que no podemos cambiar, pero lo que sí es posible hacer es actuar diferente; ese es el último de nuestros derechos: cómo vamos a enfrentar lo que estos ocho meses nos han regalado.
Pues, ¡manos a la obra! Es el momento alcanzar lo más posible, las metas establecidas, los acuerdos pactados con otros y los propósitos que nos prometimos que sí cumpliríamos este año.
Hagamos esa mirada hacia adentro y trabajemos en las cosas que podemos cambiar, es decir, las que están en nuestro ámbito de influencia, y salgamos de la zona de preocupación, ya que ahí solo tendremos emociones negativas.
Estamos a tiempo de rendir mejor de lo planificado o de aceptar las consecuencias de nuestros actos y decisiones. Al final, nosotros somos nuestros propios arquitectos.
¡Que lo mejor aún esté por verse! Así como sucede con los atletas de alto desempeño, quienes, hasta que el reloj no se detenga y el árbitro no pite, no paran de luchar
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