POR Luis Jiménez | 17 de enero de 2024, 13:30 PM
Puntarenas y Limón suman, a la fecha, 22 homicidios, lo que las coloca como las provincias con más muertes de este tipo en este inicio de 2024, según datos del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
A la fecha, el país registra un total de 39 asesinatos, siete menos que el mismo periodo del año anterior, sin embargo, las dos provincias costeras ya contabilizan más de la mitad de ese total.
Durante el año anterior (2023), ambos puertos costarricenses sumaron 18 homicidios en los primeros 17 días, cuatro menos que los que llevan en la actualidad.
Gerardo Castaing, criminólogo y exjefe del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y, Gustavo Mata, exministro de Seguridad Pública, coinciden en que la falta de empleo, el desinterés social por parte del Poder Ejecutivo y que el país ya es utilizado como bodega de las bandas narcos, provoca, en las zonas costeras, que haya un enfrentamiento entre los grupos para apoderarse del territorio, así como de la comercialización de drogas.
“Uno de los factores es la falta de fuentes de empleo, ninguno de los dos lugares ha cambiado, yo los he visitado recientemente y la situación sigue igual o peor que antes, la gente no tiene en qué trabajar y pues se tienen que dedicar a la venta de drogas que trae consecuencias de sicariato y ajuste de cuentas entre bandas para pelearse los mercados; esto ocurre tanto en Limón como en Puntarenas. Las personas tratan de financiarse económicamente con la venta de drogas.
“Limón es una zona muy atractiva para la criminalidad porque es montañosa, selvática y la costa desde la desembocadura del río Sixaola hasta Barra del Colorado es inhóspita, solitaria y por ende atractiva para los narcotraficantes. En el caso de Puntarenas, todos los proyectos de viviendas e invasiones a terrenos municipales que se han dado en tiempos anteriores se han vuelto impenetrables para la policía porque los grupos narcos son los que dominan el territorio”, dijo Castaing.
Para el exjefe de la policía judicial, la industria del narcotráfico busca cualquier recurso para trasladar droga por distintas rutas y muchos grupos de San José se han trasladado hasta las playas de Puntarenas porque ahí hay un gran mercado de venta como, por ejemplo, Playa Jacó que, según dice, está dominada por un grupo de nicaragüenses que desplazó a los colombianos y actualmente se está volviendo incontrolable.
Otro de los fenómenos que se da por igual en Limón y Puntarenas son los préstamos “gota a gota” o informales que están originando asesinatos y ajustes de cuentas.
“Estas zonas costeras son utilizadas por minicárteles para introducir droga al país, lo que genera una lucha de poder por tratar de manejar el mercado. Las dos provincias son desatendidas desde hace mucho tiempo por el Ejecutivo: hay pobreza, pobreza extrema, deserción de jóvenes de escuelas y colegios, y hay una falta de atención desde el aspecto social.
“Todo esto conlleva a esta problemática que estamos viendo porque son lugares que están siendo penetradas fuertemente por el crimen organizado y por eso son las provincias que más están afectadas en este momento por la situación histórica que está viviendo el país. Esto no va a parar si no se aborda de manera coordinada”, manifestó Mata.
El exministro cree que el Pacífico es el área más contaminada de droga porque es más extenso en comparación con el Caribe.
“Hace un tiempo éramos utilizados para dotar de combustible a las lanchas que venían con droga de Suramérica, pero ahora somos un almacén donde se reexporta a Norteamérica y Europa.
“Es claro que no hay una actitud diferente del Poder Ejecutivo para dotar de más medios a la seguridad pública y esto (homicidios y drogas) no va a disminuir, es cierto que el OIJ hace esfuerzos muy importantes quebrando estructuras, pero esos vacíos los llenan otros, porque cada vez hay más reclutamiento de jóvenes”, agregó Mata.
Tanto Castaing como Mata concuerdan en que está creciendo la agresividad de los grupos narco y manifiestan que las armas que están utilizando (AR-15, AK-47, M16) están llegando del triángulo norte (México, El Salvador, Honduras) y esto hará que el crimen organizado, lejos de disminuir, más bien se agrave.
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