Una organización criminal que operaba en el cantón central de Limón habría estado obteniendo ingresos ilícitos de hasta ₡400 millones mensuales mediante el robo de combustible, según las investigaciones realizadas por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Este grupo, liderado aparentemente por Gilbert Bell Fernández, alias “Macho Coca”, fue desarticulado en un operativo realizado este viernes, que incluyó nueve allanamientos en diversas localidades de la provincia.
Randall Zúñiga, director del OIJ, explicó que la operación denominada “Petrococa” es el resultado de varios meses de investigación.
Durante la diligencia, las autoridades intervinieron dos casas, dos predios y cinco patios en zonas como Moín, Cocos y Playa Bonita. El objetivo principal del operativo fue desmantelar una red de robo de combustible y asociación ilícita, entre otros delitos.
“Entre los detenidos se encuentra Bell Fernández, de 61 años, identificado como uno de los cabecillas de la organización, junto con otro sospechoso apellidado Hide, de 33 años. Ambos serían los líderes de dos presuntos grupos criminales quienes, a lo largo de meses, habrían sustraído grandes cantidades de combustible del poliducto de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope)”.
“Cada vez que llegaba un barco cargado de combustible a puerto Moín, los delincuentes realizaban una toma ilegal en un punto intermedio de las mangueras que transferían el combustible hacia los tanques de Recope. Este método les permitía extraer suficiente combustible para llenar hasta cinco cisternas por barco, generando ganancias millonarias de 400 millones de colones por mes”, dijo Zúñiga.
Declaraciones de Randall Zúñiga:
En meses anteriores, la Policía Judicial ya había hecho demoliciones en algunos de los sitios allanados este viernes, donde se sospechaba la existencia de una estructura paralela entre los barcos y los depósitos de Recope.
Como parte de su modus operandi, los delincuentes empleaban buses y vagonetas modificadas para transportar grandes cantidades de combustible en estañones y pichingas.
El aparente grupo criminal utilizaba líneas marinas y subterráneas para poder transportar el combustible robado hasta diferentes propiedades.
Durante los allanamientos, las autoridades decomisaron armas de fuego, cocaína, buses y vagonetas.
Los detenidos quedaron a las órdenes del Ministerio Público, quien decidirá su situación jurídica.