POR Andrés Martínez | 19 de octubre de 2016, 4:59 AM

La guerra que desangró las Coreas en los 50’s técnicamente no ha acabado. Con la firma del armisticio se le puso pausa, y solo el Sur decidió emprender su camino al desarrollo: lo que muchos llaman el milagro coreano.

La actual Seúl es muy diferente a la que existía 60 años atrás en la época de la postguerra. Toda la modernización que se ha sufrido fue cimentada en una única clave: la educación.

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Cada vez más costarricenses están adentrándose en ese milagro coreano y forman parte de importantes universidades. Esos centros de estudio se enfocan en nuevas tecnologías y educación.

Ese es el caso de Maria Reyes, originaria de Barranca (Puntarenas). Esta joven de 22 años estudia en Kaist, una de las universidades públicas de investigación más prestigiosas. Tiene ya cuatro años en Corea estudiando diseño industrial. Está haciendo su tesis, un proyecto para que los padres se mantengan en contacto con sus hijos que asisten a preescolar.

Kaist también es la casa de Ileana Palaco, otra costarricense que forma parte de un programa que trabaja con nuevas tecnologías que podrían solucionar problemas en países menos desarrollados.

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Los lazos estudiantiles se están estrechando entre Costa Rica y Corea gracias a un programa de intercambio entre Korea University y la Universidad de Costa Rica (UCR) hace esto posible.

La distancia no es barrera. Algunos esfuerzos se concretan entre los dos países. Como descubrimientos muy importantes que han hecho científicos coreanos, gracias a la ayuda de costarricenses.