POR Juan Manuel Vargas | 11 de enero de 2014, 8:26 AM

Los historiadores ubican el inicio de la segunda guerra mundial en setiembre de 1939 cuando la Alemania de Hitler invade Polonia.

La guerra se extendería por todo el orbe y aquel conflicto mundial tendría un capitulo en Costa Rica, específicamente el 31 de marzo de 1941.

Con el inicio de la guerra, los barcos mercantes de los países involucrados buscaron refugio en puertos neutrales para evitar agresiones, dos de ellos el alemán Eisenach y el italiano Fella.

El carguero Eisenach al mando del capitán Gerhard Loers Struck arribó el primero de setiembre de 1939 cargado de cemento y máquinas.

La embarcación en algún momento sirvió a los intereses de Franco durante la Guerra Civil Española al llevar armamento desde Alemania a la nación ibérica según narra Guillermo Villegas en su libro "La Guerra de Figueres: Crónica de 8 años".

El Fella llegaría el 5 de junio de 1940 capitaneado por Gabriel Locatelli Gabrielli con pasajeros, mercadería y mármol.

El gobierno del presidente Cortés ordenó desmantelar los radios de las embarcaciones para no comprometer la neutralidad de nuestro país en aquel momento.

Los 100 tripulantes de las naves podían bajar a tierra  y regresar a bordo por las noches pero con el paso de los meses su permanencia se complicó al no tener suministros.

Además el gobierno del recién electo doctor Rafael Ángel Calderón recibía las presiones de los ciudadanos alemanes e italianos establecidos en el país, con el fin de que dejaran en paz a sus coterráneos.

Los rumores de espionaje comenzaron a correr y la tensión crecía con los barcos anclados en Puntarenas.

Francisco Calderón Guardia, hermano del entonces presidente y secretario de seguridad pública declararía ante un juez que el gobierno recibió denuncias de que los barcos cargaban explosivos. Además de que los aparatos de radio habían sido reinstalados y que algunos de los tripulantes viajaron dentro del país sin autorización correspondiente.

Además el Gobierno Británico exigía al costarricense desarmar los barcos pese a que los navíos no traían armas consigo; de lo contrario bloquearían el puerto del pacífico.

Con ese panorama fue que el gobierno de Calderón Guardia planeó tomar las naves con el apoyo de los Estados Unidos.

A la media noche del 31 de marzo salió de San José un tren con el secretario de seguridad en él y cuarenta policías armados que tenían como objetivo abordar los buques en cuestión; a su llegada a Puntarenas, este fue el panorama que encontraron.

La información sobre la toma de los barcos se filtró y las tripulaciones tanto del Eisenach y el Fella hicieron lo imposible para que las naves no fueran tomadas.

Los medios de la época hicieron eco de lo ocurrido y daban a conocer a sus lectores la noticia.

La Tribuna informó que un buque norteamericano interceptó comunicaciones desde San José de anunciaban la toma de las naves, por su parte el Diario de Costa Rica rescataba en sus páginas que había sido el primero en informar del suceso.

Las autoridades costarricenses detuvieron a las tripulaciones de las naves, las trasladaron a San José y las recluyeron en la penitenciaría capitalina.

Dos meses después el gobierno de Calderón indulta a las tripulaciones y las envía a la zona del canal, bajo el control de los Estados Unidos.

En ese punto se les pierde la pista al ser trasladados a los Estados Unidos para ser sometidos a interrogatorios.

Años después el Eisenach sería recuperado de las aguas de Puntarenas y puesto en operación mientras que esta boya frente al paseo de los turistas marca donde están los restos del Fella ya declarado patrimonio histórico de Costa Rica.