Entrevistas
MIVAH analiza que bonos de vivienda dejen de ser gratuitos
Las autoridades reconocen que no tienen suficientes recursos que permitan atender la demanda de subsidios para la compra o construcción de casa.
El acceso a vivienda es un problema histórico en Costa Rica. Actualmente, unas 170 mil familias carecen de un lugar digno donde vivir, según datos de la Encuesta Nacional de Hogares 2021. Pero, además, las autoridades reconocen que no tienen suficientes recursos que permitan atender la demanda de subsidios para la compra o construcción de casa.
Según explicó el viceministro de Vivienda y Asentamientos Humanos (MIVAH), Roy Allan Jiménez, el recorte de recursos del Gobierno, sumado al aumento en el Índice de Precios de la Construcción, hicieron que llegaran a menos familias en 2022. De unos 11.500 bonos de vivienda que se entregaban anualmente, cerraron el año en 8.500.
El jerarca reconoció que, ante la situación actual, es necesario que el sistema haga un cambio de modelo, hacia uno con nuevos programas de vivienda y un tipo de asistencia donde los beneficiarios devuelvan parte de lo que reciben.
- Desde la óptica del MIVAH, ¿por qué, a pesar de la inversión social, Costa Rica aún está tan lejos de resolver su déficit habitacional?
Lo que ha sucedido es que el modelo que tenemos necesita multiplicar los recursos. Es un modelo que ha sido efectivo manteniendo la cifra estable durante bastantes años, pero necesitamos un vehículo financiero que multiplique los recursos, y multiplique las opciones que tienen las familias para acceder a vivienda. Tenemos que pensar no en producir 8.000 o 9.000 soluciones al año, sino en un monto mayor, y desde luego colocar mucho más crédito.
El subsidio total respondió a una coyuntura especifica del país hace varios años, por la situación fiscal actual tenemos que empezar a pensar en que las familias devuelvan parte del subsidio.
- ¿Eso significa que la visión del MIVAH es un modelo donde las personas paguen el subsidio que recibieron?
Sí, por supuesto, esa es la visión. Como le decía, tenemos que empezar a ver cómo las familias devuelvan parte del subsidio que el Estado les da como un apoyo para que tengan su vivienda. Desde luego, habrá familias que por su condición no podrán devolverlo o solo podrán devolver una parte, pero sí creemos que debemos caminar hacia un sistema autosostenible, y la única manera de lograrlo es haciendo que las familias puedan pagar de acuerdo con sus condiciones.
- ¿Qué pasó con la propuesta de reciclar y reutilizar 187 edificios desocupados de San José para dar solución a los problemas habitacionales? ¿En qué etapa se encuentra?
Este es uno de los proyectos que está en el Programa de Diversificación de Modalidades de Vivienda y Tendencia. Va avanzando, la primera etapa es la adaptación de marcos normativos que hasta hace muy poco impedían la adaptación de edificios.
Estamos en ese proceso, trabajando con una comisión, junto con Bomberos, el Ministerio de Salud y otros actores, y esperamos que una vez elaborada la norma técnica esto nos permita la rehabilitación de edificios y se abra un mercado completo, no solo para entidades financieras, sino además para las familias que requieren no solo una vivienda, sino mayor acceso a bienes y servicios urbanos; que esta es una de las grandes ventajas de estos 187 edificios que están en el centro de San José. Pero también podrían ser edificios subutilizados en cualquier otra área del país.
- ¿Cómo operaria este proyecto?
La idea es abrir un nicho, ya sea para que desarrolladores privados o bancos que quieren invertir en la rehabilitación de un edificio lo puedan hacer, o bien que el sistema nacional para la vivienda pueda comprar soluciones con el subsidio del bono. Queremos enfocarlo en estratos más bajos y clase media, que hoy no puede acceder a un bono completo y es un tanto difícil que accedan a un crédito de la banca comercial. Entonces, para mayo tiene que estar lista la norma técnica, ya oficializada y publicada, y ahí se abriría el espectro para que el sector de la construcción haga sus propuestas, ya sea privadas o postuladas al Banco Hipotecario de la Vivienda (Banhvi).
- ¿En cuáles otros proyectos para atender el déficit habitacional están trabajando?
Tenemos el programa de atención de asentamientos informales irregulares, que es muy importante porque normalmente se habla solo de los asentamientos informales; los llamados precarios, pero también hay casi 200 asentamientos en nuestro país que son irregulares. ¿Qué quiere decir que son irregulares? Bueno, que por algún motivo empezaron un proceso formal de urbanización, pero no ha podido ser recibido por la municipalidad. Entonces, esas familias viven sin tenencia segura, que es un tema clave.
De esos 200 asentamientos irregulares, estamos planificando un programa para aplicar lo que se llama norma de desempeño, que básicamente permite establecer normas específicas para esos asentamientos que, de una vez por todas, permitan su formalización. Esto, además, se podría aplicar a los asentamientos informales que tengan posibilidades de consolidación en sitio.
Otro programa es el de diversificación de modalidades de vivienda y tenencia, aquí hay varios proyectos de ley que queremos impulsar. Uno sobre vivienda cooperativa, otros sobre reglamentación de vivienda para las personas adultas mayores, que introduce una nueva tipología de tenencia, que es el usufructo; y otro, un programa específico para la atención de familias y asentamientos en condición de riesgo.
- Con estos programas y nueva visión de subsidios que tiene el ministerio, ¿en cuánto proyectan que bajaría el déficit habitacional del país?
Queremos mover la aguja, eso es un hecho, pero darle una cifra especifica de reducción sería difícil. Lo que sí le puedo decir es que todas las iniciativas buscan mover la aguja del déficit habitacional y, sobre todo, del déficit cualitativo de vivienda, que en donde están los asentamientos informales y es donde creemos que podemos hacer la diferencia.