POR Mariela Montero Salazar | 25 de agosto de 2024, 8:02 AM

Más de un año después del devastador deslizamiento en el Parque Nacional del Agua Juan Castro Blanco, que arrasó con más de 40 hectáreas de terreno y afectó gravemente a los habitantes de San Carlos, la situación sigue siendo crítica y podría agravarse con la llegada de la temporada de lluvias.

Aunque ya se habían detectado grietas en la zona, nuevas mediciones del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de la Universidad Nacional (Ovsicori-UNA) advierten que un nuevo deslizamiento sería inminente. 

El sismólogo Esteban Chaves compartió con Teletica.com los resultados de su investigación, que se basan en el análisis de datos recolectados por 10 nodos sísmicos instalados para monitorear el movimiento del terreno. Puede repasar la entrevista completa a continuación.

¿Qué conclusión se puede extraer del análisis de los datos? Sabíamos que el terreno se estaba moviendo, pero ¿qué información nueva tenemos ahora sobre lo que puede pasar?

El deslizamiento se ha movido más de cinco metros en el último año. Este movimiento es particularmente notable en dos áreas: una cerca de Pozo Seco, donde incluso se ha desviado el cauce de un río, y otra entre el mirador y Pozo Verde. Además, hemos detectado más de 4.000 sismos de baja frecuencia en un lapso de 15 días, lo que indica fracturamiento de la roca entre la base y la masa inestable en la parte superior del deslizamiento.


¿Qué significa que el deslizamiento se haya movido más de cinco metros en un año? ¿Es esto significativo?

La zona se ha movido más de cinco metros desde el gran evento de 2023, eso es muchísimo. Refleja una actividad intensa. Para ponerlo en contexto, en el volcán Irazú, después del gran colapso de 2020, el movimiento ha sido de solo decenas de milímetros. En el caso de Montaña Sagrada, el desplazamiento es mucho mayor. El deslizamiento se está moviendo hacia el noreste, en dirección al espacio vacío donde cayó el material. Esto crea un área donde el material podría caer si se produce otro colapso. Sin embargo, esto dependerá de las condiciones meteorológicas: si llueve excesivamente, el material podría desplazarse hacia abajo como un tobogán. Por ahora, hay un espacio en el que el material puede caer.

¿Qué otras evidencias indican que el deslizamiento se está moviendo rápidamente?

Instalamos nodos en la parte más alta del deslizamiento, donde encontramos grietas de más de un metro de ancho. Estas grietas son signos de fracturamiento en la corona, causadas por el movimiento inestable en esa zona. Al analizar los datos, descubrimos que la velocidad de las ondas sísmicas en esa área ha disminuido entre un 12% y 14%. Para poner esto en perspectiva, después del terremoto de Nicoya, la velocidad de las ondas sísmicas disminuyó solo un 0.8%. Esto indica que el deslizamiento es muy activo, con fracturamientos y microdeslizamientos ocurriendo en la parte superior y a lo largo del flanco noroeste.

¿Qué significan estos cambios en la velocidad de las ondas sísmicas?

Imagina que envías una onda sísmica a través de un bloque sólido. Si el bloque es uniforme, la onda viaja a una velocidad constante, digamos 8 kilómetros por segundo. Pero si el bloque tiene fracturas, la velocidad disminuye al atravesar estas fracturas. Esto es lo que está ocurriendo en el deslizamiento: el terreno está tan fracturado que la velocidad de las ondas sísmicas ha disminuido notablemente. Este cambio indica que el terreno está fracturándose y moviéndose rápidamente, especialmente en la corona, donde parte de la montaña ya se ha desprendido.

¿Es posible predecir que habrá un gran deslizamiento como el de 2023 con los datos actuales?

Sí, es posible. Hay varias fases que nos pueden proporcionar esta información, incluyendo datos sísmicos de baja frecuencia y tremor, así como datos geodésicos. La geodesia indica una deformación intensa y significativa. Estamos trabajando para monitorear estas fases sísmicas y alertar a las comunidades en el momento necesario.

¿Podemos anticipar cuándo ocurrirá el próximo gran deslizamiento?

Con los nodos queríamos ver si el deslizamiento se estaba moviendo después del colapso principal o si la zona se había estabilizado. Los datos sismológicos muestran que la inestabilidad persiste, es decir, que se está moviendo. Tras este hallazgo, para la primera semana de setiembre esperamos instalar una estación sismológica en tiempo real, semipermanente, entre el mirador y Pozo Verde. Esta estación nos proporcionará datos en tiempo real, permitiéndonos observar incrementos en la sismicidad, la formación de tremor y otros fenómenos asociados.

¿Con esta base permanente, podrían anticipar el gran deslizamiento?

Sí, con la información en tiempo real podríamos detectar incrementos en la sismicidad y la formación de tremor, lo que nos permitirá tener un mejor panorama de lo que está ocurriendo en la montaña. Una estación permanente conectada a Internet y al observatorio nos permitirá ver los datos en tiempo real. Si ocurre un deslizamiento, lo veremos inmediatamente, así como cualquier movimiento asociado.

¿Cuánto tiempo antes se podría saber?

Basado en datos empíricos de deslizamientos similares alrededor del mundo, incluyendo el deslizamiento de Irazú, podríamos alertar hasta ocho días antes de que ocurra un evento similar.

¿Cuál es la recomendación para la comunidad con los datos disponibles?

Dimos una charla en la Municipalidad de San Carlos, en Ciudad Quesada, para comunicar estos resultados. El criterio científico es que la montaña se está deslizando, y se va a caer. La población debe estar preparada, y el Comité de Emergencias de la Municipalidad de San Carlos debe estar listo para un potencial colapso. Existe la posibilidad de que el material llegue al cauce del río Aguas Zarcas y cause daños similares a los del primer deslizamiento, dado que esto ya ocurrió antes, es posible que un colapso futuro sea igual de grande o mayor. 

Se debe coordinar con la Comisión Nacional de Emergencias para crear un plan de acción y un sistema de alerta temprana. La municipalidad está trabajando en la adquisición de un sistema de cámaras para monitorear el área, pero el criterio sismológico es que el material sigue deslizándose y se va a caer.

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