POR Paulo Villalobos | 2 de julio de 2024, 10:09 AM
El Ministerio de Salud carece de presupuesto para poder estudiar el impacto de las redes sociales en los costarricenses.
Dicho faltante impide conocer, por ejemplo, cuánto dedican los ciudadanos al consumo de estas plataformas, cuáles son las más perjudiciales y a qué poblaciones afectan en mayor medida.
Así se desprende de una entrevista que la psicóloga clínica de la Secretaría Técnica de Salud Mental, Sinaí Valverde, sostuvo con Teletica.com.
La misma tenía como objetivo abordar consultas asociadas a una discusión que recientemente puso sobre la mesa la máxima autoridad sanitaria de Estados Unidos, el cirujano general Vivek Murthy, respecto a la necesidad de introducir avisos sobre los efectos de las redes sociales en la salud mental, como se hace con las cajetillas de cigarros o las bebidas alcohólicas.
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Con ese propósito, este medio solicitó que se le brindara cualquier investigación que la cartera haya desarrollado para medir la adicción a este tipo de plataforma o si, por ejemplo, esta se puede comparar de alguna manera con la dependencia a sustancias psicoactivas.
"En el Consejo Nacional de Investigación en Salud (CONIS) no hay registros oficiales, hasta el momento, de investigaciones realizadas en el país acerca de la dependencia de redes sociales o la comparación con la dependencia a sustancias psicoactivas. Ciertamente, este es un tema que requiere atención urgente, especialmente tomando en consideración los potenciales impactos que hay en la salud y en la salud mental de la población", explicó Valverde.
La experta reconoció la necesidad de contar con ese tipo de evidencias para la toma de decisiones o la evaluación de alternativas, como por ejemplo, las advertencias ante el consumo de las distintas redes sociales.
"Lo que pasa es que para llegar a este punto de este etiquetado en el tabaco, por ejemplo, o en los productos etílicos, es con base en estudios, tras una evidencia científica. Esa respuesta ahorita, para poder hacer esta propuesta que usted menciona, creo que habría que empezar por tener de respaldo primero la evidencia científica para poder ir a hacer una contrapropuesta de etiquetado como el que usted propone", señaló la psicóloga.
Cuestionada sobre la pertinencia de que a futuro el país invierta en estos estudios, Valverde dijo no tener el “conocimiento técnico” para responder.
No obstante, en una respuesta dada por escrito, previa a la conversación sostenida, la vocera sostuvo que el tema requiere “atención urgente”; principalmente si se consideran los impactos potenciales en la salud mental de la población.
"Es importante destacar que la falta de presupuestos específicos destinados a investigaciones en este campo representa una limitación. No solo afecta la cantidad de estudios que se pueden llevar a cabo, sino también la profundidad y calidad de la investigación que podría generar insights y políticas públicas efectivas en este ámbito crítico para la salud pública", expresó la especialista.
Valverde puntualizó que este tipo de adicción tiene un componente cognitivo y psicológico. En ese nivel, el impacto se da en las funciones mentales y emocionales.
Esto puede provocar distorsiones al prestar atención, una afectación en la memoria y en el bienestar emocional general, entre otros aspectos.