Desde hace algunas semanas, el país ha sentido un aumento en el flujo de migrantes, especialmente venezolanos, que llegan a territorio nacional como parte de su recorrido migratorio con destino a los Estados Unidos de América.
En respuesta a lo que ya ha pasado a convertirse en una crisis migratoria, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobó este jueves otorgar $20 millones no reembolsables a Costa Rica para atender la situación. El principal objetivo de la donación es contribuir a reducir la vulnerabilidad de la población local y migrante a la violencia, la marginalidad y la discriminación.
Video: Francisco Javier Urra, representante a.i. del BID en Costa Rica
El Programa Integral de Seguridad Ciudadana y Prevención de la Violencia para la Inclusión de Grupos Migrantes Vulnerables será el receptor de estos fondos, los cuales serán ejecutados por el Ministerio de Justicia y Paz (MJP).
“[El esfuerzo] consta de dos componentes: prevención social de la violencia y fortalecimiento de las capacidades institucionales para atender los flujos migratorios”, indicó el BID en un comunicado.
El monto llega a Costa Rica después de que el BID lo declarara como una de las naciones expuestas a “flujos migratorios intrarregionales repentinos y de gran magnitud” en 2019.
En el lugar se dan dos realidades, la que viven los migrantes en carne propia que recién acaban de cruzar el Darién, llegan sin dinero, por otro lado, los vecinos que han visto aumento de asaltos, niños durmiendo en la calle sin resguardo.
“El primero permitirá ampliar la infraestructura y los servicios orientados a la prevención de la violencia, beneficiando tanto a la población migrante como a las comunidades de acogida en diversas regiones del país. Por medio del segundo componente se fortalecerán las capacidades institucionales de la Dirección General de Migración y Extranjería para atender los flujos migratorios, con el objetivo de promover la inclusión socioeconómica de la población migrante y así reducir sus niveles de vulnerabilidad y exposición a delitos y violencia”, detalla el comunicado del BID.
Crisis migratoria
La situación migratoria se ha agravado especialmente en la Zona Sur, donde oleadas de miles de migrantes se aglomeran en Paso Canoas y habitan en malas condiciones. Muchos de ellos son niños que llegan acompañados de adultos con el fin de cruzar el país y seguir su ruta hacia Norteamérica.
Un alto porcentaje de estos menores vienen en mal estado de salud debido a las condiciones a las que se enfrentan durante el recorrido hacia nuestra frontera Sur. Un dirigente comunal denunció esta semana a Telenoticias la ausencia total del Patronato Nacional de la Infancia (PANI) en la zona, un hecho que, defiende, ha facilitado la prostitución de menores migrantes.
“Todos vamos para Estados Unidos con la fe de si podemos entrar; sin embargo, ya no tenemos plata y muchos de los que estamos aquí tenemos 15 días de estar esperando para poder irnos”, dijo uno de los migrantes a Telenoticias esta semana.
El Gobierno incluso se comprometió a aumentar la cantidad de buses que los trasladan hasta la frontera Norte en respuesta al clamor de los vecinos de Paso Canoas, quienes alzaron la voz por los problemas que se presentaron esta semana cerca del campo ferial donde se les da refugio temporal a los extranjeros.
En San José, la Policía Municipal ya trabaja para prepararse de cara a la oleada de migrantes que viajará a la capital costarricense desde la frontera Sur.
Las autoridades buscarán evitar que se instalen tiendas de campaña en los parques josefinos, pues existen organizaciones como la Fundación Lloverá, ubicada en Barrio México, que están acogiendo familias enteras de migrantes durante esta oleada. No obstante, los encargados de la fundación aseguran que carecen de recursos económicos y suministros para atender la situación, por lo que han solicitado el apoyo económico de la ciudadanía.