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Beneméritos: Ángela Acuña Braun, pionera del voto femenino en Costa Rica
Durante sus 95 años de vida, se convirtió, entre muchas otras cosas, en la primera mujer en graduarse como bachiller colegial y en la primera abogada del país.
Esta es la tercera entrega de nuestro especial de Beneméritos, dedicado a recordar a los costarricenses que, con su huella, marcaron la historia del país y avanzaron causas desde distintos ámbitos.
En 2019, recorrí el majestuoso Parque Nacional Chirripó y nunca me pasó por la mente que una mujer costarricense, amante de la naturaleza como yo, fue quien impulsó su creación y protección. Y no solo eso, sino que descubrió nuevas especies y aportó información valiosa en pro de la conservación de este frágil ecosistema.
Les hablo de Adelaida Chaverri Polini, la primera naturalista y conservacionista costarricense. Hija del doctor Gil Chaverri, conocido por ser autor de un arreglo de la Tabla Periódica de los Elementos, y de María Antonieta Polini Castro. Nació el 21 de mayo de 1947 y falleció, prematuramente, a los 56 años, cuando perdió la batalla contra el cáncer, el 20 de setiembre de 2003.
Sus restos reposan en el cementerio de San Isidro de Heredia, ya que vivió muchos años en el pueblo de Concepción de San Rafael, en las faldas del volcán Barva.
De matemática a naturalista
Según la biografía escrita por Luko Hilje, colega universitario, publicada en la Revista de Ciencias Ambientales de la Universidad Nacional (UNA), la naturalista costarricense se graduó del Colegio de Sión y cursó estudios de las Matemáticas en la Universidad de Costa Rica, de 1964 a 1967. Gracias a una beca del Latin American Scholarship Program of American Universities (Laspau) logró obtener el bachillerato en el Bryn Mawr College, en Pensilvania.
Sin embargo, no se quedó contenta con Matemáticas y decidió tomar el curso de Historia Natural de Costa Rica de la Escuela de Biología de la Universidad de Costa Rica (UCR), en 1972.
“Con 24 años de edad, en la primera gira se hizo acompañar por su novio, Christopher (Chris) Vaughan Dickhaut. Aunque algo tímida y reservada, poco a poco, empezó a interactuar con el grupo, y nos contó que tenía mucho interés en la Biología, por lo que había decidido tomar ese curso. Cabe hacer aquí una digresión para indicar que Chris, graduado en 1971 como bachiller en Biología en el Grinnell College, en Iowa, llegó a Costa Rica como voluntario del Cuerpo de Paz, para trabajar en el entonces Departamento de Parques Nacionales, liderado por el destacado conservacionista Mario Boza Loría. Fue ahí donde, ese mismo año, conoció a Adelaida, también voluntaria, en el programa de Educación e Interpretación Ambiental”, narró el autor sobre cómo Adelaida conoció al padre de sus dos hijos (Andrés y Catalina).
En 1979, terminó una maestría en el Centro de Agronomía Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE). Más tarde, amplió sus conocimientos en el Oxford Institute of Forestry, en la Universidad de Oregon, en el Departamento de Botánica de la Universidad de la Florida, en Gainsville, y en el Departamento Forestal de la Universidad de Gottingen, en Alemania.
Dictó clases, desde 1975, en la Escuela de Ciencias Ambientales de la Universidad Nacional, en los campos de Ecología Forestal y Manejo Forestal. Tras convertirse en catedrática (1986), la máxima categoría académica, se jubiló en 2001.
Además, fue deportista de resistencia en ciclismo de montaña, realizaba triatlón y buceaba constantemente. Inclusive, compitió en varias ocasiones en estos deportes.
Sus descubrimientos y mayores logros
Al pasar tantas horas en la montaña, su ojo era excepcional. Contribuyó en el descubrimiento y descripción del hongo Acaulospora splendida, así como en la localización de las plantas Macleania talamancensis y Luzula vulcanica. Hilje asegura que, si bien sus publicaciones se concentran en el manejo de la vegetación de zonas altas, Adelaida hizo contribuciones importantes en fitogeografía, geología, edafología, micorrizas y hasta animales.
En el boletín Missouri Botanical Garden’s Cutting Edge (Volumen VII, Número 4, octubre 2000), el taxónomo Barry Hammel mencionó que él “(…) encontró un nuevo récord para la flora mesoamericana que había pasado desapercibido durante 17 años. Luzula vulcanica fue recolectado a 3.775 metros de elevación en el flanco noreste del Cerro Chirripó, el pico más alto de Costa Rica, por Adelaida Chaverri, en 1983, y correctamente identificado el mismo año por Luis Diego Gómez. Ni Flora Mesoamericana (Vol. 6, 1994), ni la reciente monografía de Henrik Balslev (Flora Neotropica Monograph 68: 1–168. 1996) captaron este dato…”.
Chaverri lideró el Club de Montañismo de la UCR, el cual estableció conversaciones con las autoridades políticas para gestionar la creación, el 29 de julio de 1975, del Parque Nacional Chirripó.
En una biografía elaborada por Maarten Kappelle y Antoine M. Cleef, describen a Adelaida como una verdadera montañista y científica.
“Condujo a numerosos científicos a la cumbre del Cerro Chirripó—un pico del cual se enamoró— para conocer los majestuosos ecosistemas de altura, con su mezcla de flora y fauna tropical y templada. Explicó la naturaleza inmensa y la fragilidad extrema de estos hábitats, la alta incidencia del fuego durante las últimas tres décadas y el lento proceso de regeneración luego de las quemas frecuentes que tanto le preocupaban”, detallan.
Un año después de la creación del Parque Nacional Chirripó, en 1976, un enorme incendio devastó una porción significativa del páramo. Adelaida, junto con sus colegas universitarios, entre ellos el taxonomista y etnobotánico Luis Poveda Álvarez, visitaron el área, utilizando el sendero poco transitado del cerro Cuericí al Chirripó. Inventariaron el enorme daño que había ocurrido y los impactó el desafortunado final de una gran cantidad de plantas y animales.
Adelaida, incluso, lo describió en su diario: “Algunos conejos no tuvieron oportunidad de escapar del fuego arrasador, muriendo y quedando carbonizados casi instantáneamente”. A partir de ahí, Adelaida se interesó por el estudio de la regeneración del páramo durante más de una década, sentando una sólida base para investigaciones futuras sobre incendios en páramos.
Además, ella participó con otros conservacionistas en la creación del Parque Nacional Corcovado, que se concretó el 24 de octubre de ese mismo año.
“Los esfuerzos de Adelaida y de sus compañeros conservacionistas lograron que, en 1975, The Nature Conservancy (TNC) ayudara a Costa Rica a obtener los 100000 acres necesarios para el Parque Nacional de Corcovado con una de las primeras adquisiciones de tierra apoyadas internacionalmente, de 86485 acres. La visión de Adelaida y, sobre todo, su persistencia para convencer a los políticos, contribuyeron significativamente al establecimiento de este parque, donde los jaguares y chanchos aún merodean en cantidades importantes y grupos de guacamayas circundan los cielos”, se lee en la biografía de Maarten Kappelle y Antoine M. Cleef.
Además, en su puesto de vicepresidenta en el Centro Científico Tropical, organización no gubernamental establecida en 1962, fue cofundadora de la Reserva del Bosque Tropical Nuboso Monteverde.
Por siempre, enamorada de la naturaleza.
Al llamarle naturalista, no se hace a la ligera, ni es antojadizo. Según su colega universitario, Hilje, “un naturalista es un explorador -con títulos académicos o no- con vocación e interés simultáneo en varias ramas de las ciencias naturales, tanto biológicas (botánica, zoología y ecología) como geográficas (geología, mineralogía, vulcanología y meteorología), así como por las culturas autóctonas de una región o país (antropología y etnografía)”. Y Adelaida encarnó a plenitud este término.
Sus biógrafos Kappelle y Cleef acotan que “fue una naturalista en el sentido tradicional, motivada por su intuición y la voluntad innata de ayudar a salvaguardar la riqueza biológica necesaria para que la humanidad sobreviva en el largo plazo”.
Esta mujer que investigaba por pasión y no por ser una obligación laboral, fue declarada Benemérita de la Patria el 21 de julio de 2021. Junto a ella, 13 mujeres más obtuvieron este título ese día. El fin de la Asamblea Legislativa era disminuir la brecha de género que existía en cuanto a Beneméritos de la Patria.