POR Jose Ernesto Herrera | 5 de julio de 2024, 18:55 PM

En el territorio indígena de Alto Comte, al sur de Costa Rica, reside Gustavino Montezuma, un sabio indígena Ngäbe que ha dedicado más de 40 años de su vida a curar personas con la medicina natural de su pueblo. 

Don Gustavino, como es conocido, es el último indígena Ngäbe que mantiene un conocimiento profundo y ancestral sobre las plantas y flores que crecen en su entorno, utilizándolas para tratar una variedad de enfermedades, desde la diabetes y la hipertensión hasta problemas estomacales.

Montezuma no está solo en esta noble misión. Su hijo, Evelio Montezuma, le ayuda en la búsqueda y recolección de las plantas y flores necesarias para sus remedios. Juntos, recorren los frondosos bosques de Alto Comte, identificando y recolectando los ingredientes naturales que han demostrado su eficacia a lo largo de generaciones (ver nota completa de Más Que Noticias). 

Las personas que buscan la ayuda de Don Gustavino sienten una profunda confianza en la medicina natural indígena. Cada tratamiento va acompañado de oraciones, combinando así el poder curativo de las plantas con la espiritualidad y las tradiciones ancestrales de los Ngäbe. Este enfoque holístico no solo trata los síntomas físicos, también atiende el bienestar espiritual y emocional de los pacientes.

A pesar de su ubicación remota, el hogar de él y su familia se ha convertido en un centro de sanación al que llegan decenas de personas en busca de sus conocimientos y tratamientos. Este rincón del territorio indígena Ngäbe no solo es un refugio de sabiduría ancestral, sino también un símbolo de la resiliencia y la continuidad de las tradiciones culturales que han sido transmitidas de generación en generación.

En un mundo cada vez más dominado por la medicina moderna, la sabiduría de los pueblos indígenas ofrece una alternativa natural y eficaz para el tratamiento de diversas enfermedades, recordándonos la profunda conexión entre la naturaleza y la salud humana.

Montezuma es un verdadero guardián de la medicina natural, y su trabajo es un testimonio viviente de la rica herencia cultural de los Ngäbe. 

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