MasQN
Don Eduardo, el guardián de la memoria de Naranjo
Con paciencia y dedicación, ha reunido más de 3.000 fotografías, muchas de ellas capturadas por su propio lente.
Cuando el sol apenas se asoma y los gallos marcan el inicio del día, Nixon Morera ya va en camino a la Escuelita de Chambacú (Alajuela). Allí lo esperan 13 estudiantes de primero a sexto grado que ven en él algo más que un maestro: un guía, un apoyo y un ejemplo.
Nixon lleva años enseñando con paciencia y entrega. Para él, cada clase es una oportunidad para despertar sueños y alimentar esperanzas. Ha visto pasar generaciones por su aula, y en cada una ha dejado huella.
Su pasión por la enseñanza va de la mano con su amor por la comunidad. Nixon aceptó el reto de educar en Chambacú porque cree en su gente, en sus raíces y en el poder de la educación para cambiar realidades.
Con cada lección, busca más que transmitir conocimientos. Cuenta historias, siembra valores y mantiene viva la identidad cultural de su pueblo.
Desde su modesta aula, Nixon enseña mucho más que lo que dice el programa escolar. Da ejemplo, motiva y transforma. En un mundo que cambia a toda velocidad, él se mantiene firme, comprometido y lleno de esperanza.