Por Diana Vásquez |25 de febrero de 2025, 18:56 PM

A los 81 años, Eduardo Rojas sigue contemplando con amor el paisaje de su querido Naranjo; pero su mirada no solo se posa en el presente, sino que viaja al pasado, rescatando fragmentos de historia que ha convertido en su misión preservar. Su hogar no es solo una casa; es un museo vivo donde cada objeto y fotografía narra un capítulo de la identidad del cantón.

Con paciencia y dedicación, ha reunido más de 3.000 fotografías, muchas de ellas capturadas por su propio lente, otras donadas por familiares y vecinos que ven en él a un verdadero guardián del pasado. Su legado no se limita a imágenes: también ha escrito un libro sobre la historia de Naranjo, con la esperanza de que las nuevas generaciones lo usen para mantener viva la esencia del pueblo (ver nota completa en el video adjunto).

Entre sus tesoros, se encuentran recuerdos de su madre y su abuela, objetos históricos que han sido testigos de momentos clave en la historia del país y, por supuesto, reliquias que reflejan su pasión por el fútbol y el equipo que ha seguido toda su vida.

El valor de su colección no se mide en dinero, sino en la riqueza cultural e histórica que representa. Don Eduardo es mucho más que un coleccionista, es un testimonio viviente de Naranjo, un hombre cuya memoria y dedicación aseguran que las raíces de su pueblo nunca se pierdan en el tiempo.

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