POR AFP Agencia | 13 de febrero de 2024, 9:46 AM

La presión internacional para llegar a un acuerdo de tregua entre Israel y Hamás, que incluiría una nueva liberación de rehenes, se intensificó el martes pese a la amenaza de una ofensiva israelí en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, donde se refugian más de un millón de palestinos.

El director de la CIA, William Burns, el jefe del Mosad, David Barnes, y el Primer Ministro de Catar, Mohammed bin Abdulrahman Al-Thani, se reunieron el martes con funcionarios egipcios en El Cairo "para discutir una tregua en Gaza", informaron medios locales.

Según Al-Qahera News hubo una "reunión del cuarteto", en medio de la presión internacional para una tregua.

El Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ordenó recientemente a su ejército preparar una ofensiva sobre la ciudad de Rafah, junta a la frontera con Egipto.

Allí se concentran 1,4 millones de palestinos, según la ONU, más de la mitad de la población total del territorio, la mayoría personas que huyeron de la guerra que empezó hace cuatro meses.

Netanyahu reiteró el lunes su determinación de continuar con la presión militar "hasta la victoria completa" contra Hamás, del cual Rafah es el "último bastión", y de liberar a "todos nuestros rehenes".

El lunes Israel liberó a dos rehenes israelo-argentinos en Rafah durante una operación nocturna acompañada de bombardeos que mataron a un centenar de personas, según las autoridades del movimiento islamista palestino, en el poder en Gaza desde 2007.

El ejército israelí anunció el martes la muerte de tres soldados en los combates en la Franja de Gaza, elevando a 232 el número de soldados israelíes muertos desde el inicio de la operación terrestre, el 27 de octubre.

En los últimos días, el ejército concentra sus operaciones en la ciudad de Jan Yunes, a pocos kilómetros al norte de Rafah, donde dijo que había matado a "30 terroristas".

Civiles "expuestos y vulnerables"

Estados Unidos, principal aliado de Israel, se opone a una operación a gran escala sin solución para los civiles atrapados en la frontera cerrada con Egipto en el extremo sur del territorio.

El presidente estadounidense, Joe Biden, exigió el lunes a las fuerzas israelíes un plan "creíble" para salvar a los civiles en Rafah, "expuestos y vulnerables", durante una reunión en la Casa Blanca con el rey de Jordania Abdullah II.

Por su parte China pidió el martes Israel que detenga "lo antes posible" su operación militar en Rafah, para "evitar una catástrofe humanitaria aún más grave".

Y el jefe jefe de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (Unrwa), Philippe Lazzarini, reiteró el martes que desmantelar esta agencia, criticada por la presunta implicación de algunos de sus miembros en el ataque del 7 de octubre, sería "un desastre".

La guerra fue desencadenada el 7 de octubre por un ataque sin precedentes de comandos de Hamás en el sur de Israel, que resultó en la muerte de más de 1.160 personas, la mayoría de ellos civiles, según un recuento de la AFP basado en datos oficiales israelíes.

En represalia, el gobierno israelí ha prometido "aniquilar" a Hamás, que considera una organización "terrorista", al igual que Estados Unidos y la Unión Europea.

La ofensiva israelí ha dejado 28.473 muertos en la Franja de Gaza, la gran mayoría civiles, según el Ministerio de Salud del gobierno de Hamás.

Según Israel, 130 rehenes siguen en Gaza, de los cuales se cree que 29 murieron, de unas 250 personas secuestradas el 7 de octubre. Una tregua de una semana en noviembre permitió la liberación de 105 rehenes a cambio de 240 palestinos retenidos por Israel.

"¿En la Luna?"

Ante los temores internacionales de una gran ofensiva militar, Netanyahu dijo el domingo que Israel abriría a la población "un paso seguro" para salir de Rafah, sin especificar a qué destino.

"¿Dónde? ¿En la Luna?", respondió el jefe de la diplomacia europea Josep Borrell en Bruselas.

El martes muchas familias palestinas que ya han sido desplazadas varias veces y temen tener que mudarse de nuevo, comenzaron a desmantelar sus tiendas de campaña en Rafah y a recoger sus pertenencias.

"Huimos del norte sin nada, luego fuimos a Jan Yunes sin nada", dijo Ismail Joundiyah, uno de los desplazados. "Esta vez, queremos estar listos".

Alrededor de 1,7 millones de personas, según la ONU, de un total de 2,4 millones de habitantes, han huido de sus hogares desde el 7 de octubre en el territorio palestino, asediado por Israel y sumido en una gran crisis humanitaria.

Rafah, ahora un gigantesco campamento, es el principal punto de entrada de ayuda humanitaria, insuficiente para atender las necesidades de la población que vive en "condiciones cercanas a la hambruna", según el Programa Mundial de Alimentos (PMA).

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