Política
Figueres y Chaves se achacan mutuamente supuestas "estructuras paralelas" en campaña
Los candidatos presidenciales se vieron las caras, nuevamente, en un debate organizado por la Universidad Hispanoamericana y Noticias Columbia.
Lejos de centrarse en las propuestas de cara a un eventual gobierno, los debates de Extra TV (miércoles) y Radio Columbia (jueves) han dejado claro que las agendas de campaña de José María Figueres (PLN) y Rodrigo Chaves (PPSD) se concentran, hasta ahora, en los ataques y las acusaciones.
Esa realidad empata también lo que ha sido el camino hacia el balotaje del próximo 3 de abril: una carrera teñida de polémica que se nunca se acercó a aquella promesa de una “campaña de altura”.
¿Pero es la falta de propuestas de ambos candidatos la razón de esa guerra de trapos sucios o más bien una estrategia de cara al electorado?
“Hay dos aproximaciones: el que se concentren en esos ataques disimula o disminuye la atención en términos de la calidad de las propuestas, si realmente estas son insuficientes para no quedar desnudos es mejor hablar papaya antes de que de propuestas; la segunda es que si usted suma el apoyo que obtuvieron en la primera ronda es tan bajo que la pregunta es qué motiva a los que no los apoyaron, y las últimas encuestas demuestran que es más fácil votar en contra de que a favor de, entonces los comandos se están enfocando en eso, en el mensaje de por qué no votar por el rival antes de por qué apoyar a mi candidato”, explicó el analista político Alejandro Barahona.
En la misma línea, el también politólogo Sergio Araya explica que la falta de un elemento realmente diferenciador entre ambos candidatos a nivel de agenda ha provocado precisamente que el discurso se vuelque hacia las figuras y no hacia los temas.
“El factor predominante hasta ahora ha sido el abordaje de descalificaciones y cuestionamientos, ahondar en el financiamiento de Chaves, en el viaje a República Dominicana de Figueres o en el video sobre el suicidio que nadie asume, son cosas que ya estaban en el tapete y que no se producen en la campaña, pero que se tratan de capitalizar para buscar un elemento diferenciador, solo que negativo.
“Esto es peligroso, porque decantarse por ese elemento no positivo como son las propuestas, sino negativo como los cuestionamientos, como ha venido pasando, puede perfectamente llevar al electorado a desincentivarse, a que esa falta de interés por la elección crezca y que predomine más el deber cívico en la intención de ir a votar que el deseo de apoyar a uno u otro candidato”, advirtió Araya.
Campaña sucia, pero rentable
Tanto Barahona como Araya coinciden en que esta segunda ronda electoral ha sido particularmente sucia en su estrategia, pero que esa apatía que los ataques generan ya se está notando en las encuestas, reduciendo las brechas, pero aumentando el abstencionismo, algo que no necesariamente es malo para las fuerzas en campaña.
“Recordemos que la segunda ronda se gana por un voto si es el caso. Entonces esta campaña se está polarizando en términos de por quién no votar más de por quién sí apoyar. Entonces toda esa incertidumbre con la que ahora lidia el electorado reduce apoyos y acorta diferencias entre los candidatos mientras sube el abstencionismo o los indecisos, y en ese escenario de igualdad es más fácil conseguir financiamiento”, dijo Barahona.
Araya recordó que esa necesidad de diferenciarse es imperiosa cuando la decisión se concentra en dos figuras, contrario a aquella primera ronda donde había 25 opciones.
“Hace cuatro años el tema que polarizó y dividió fue el de los derechos humanos, las minorías, la institucionalidad… Había cuestionamientos, sí, pero versaban más por temas de agenda, en esta ocasión la polarización es más al cuerpo: que si son corruptos, mentirosos, hipócritas o tergiversadores, se centra mucho en esa lectura de los rasgos de la personalidad de ambos y se olvida de lo demás, en esa realidad estamos”, dijo Araya.
Los analistas esperan que en los debates que restan (Monumental, Teletica y Repretel) los temas políticos pasen a un segundo plano producto del desgaste de esos temas y se abra paso a las propuestas, especialmente aquellas que apunten no solo a la recuperación y el futuro inmediato, sino a la sostenibilidad del país en los años venideros.