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Aarón Solano, el niño mascarero de Barva
Esta historia no solo refleja su talento, sino también el espíritu emprendedor que caracteriza a muchos de los jóvenes del cantón herediano.
Esta historia no solo refleja su talento, sino también el espíritu emprendedor que caracteriza a muchos de los jóvenes del cantón herediano.
Esta historia es un testimonio de cómo el arte y la tradición pueden transformar vidas, convirtiendo el miedo en una fuente de creatividad y celebración.
Sus máscaras están en todo el mundo, desde Europa, Estados Unidos y Latinoamérica. Este amor por el oficio se lo inculcó a sus cuatro hijos, que también son mascareros.
Hace 30 años, ella decidió desafiar las normas sociales de la época y fue la primera mujer en participar activamente en las mascaradas de esta localidad.
A sus 35 años, este vecino de Barva, conocido cariñosamente como “Kakol”, lidera una gran familia unida por el arte y el esfuerzo.
Hoy, como cada 31 de octubre, se celebra el Día de la Mascarada Tradicional Costarricense.
Los heredianos crearon las dos mascaradas más grandes del país, con cinco metros de alto.
Hay 50 personas que llevan este sobrenombre, el cual nació con Rafael Pérez, vecino de Barva, quien se lo heredó a sus ocho hijos y ellos, a su vez, se lo heredaron a sus nietos y bisnietos.
Niños, jóvenes, adultos y hasta adultos mayores disfrutaron al máximo.
Este negocio busca rescatar las tradiciones costarricense y, de paso, transmitirlas a las nuevas generaciones.
Don Juano, el famoso tío, fue quien fundó este negocio hace 40 años; pero, desde hace tres, Marcelo Gutiérrez se hace cargo del restaurante.
Decenas de personas estaban disfrutando de la actividad cuando, por razones que no están claras, un carro los atropelló.