Madre venezolana y su hijo piden ayuda en San José para continuar camino hacia EE. UU.
Decenas de migrantes, principalmente venezolanos y haitianos, duermen en la calle y enfrentan necesidades durante su paso por Costa Rica.
Una venezolana y su pequeño hijo claman por ayuda en San José para continuar su camino hacia los Estados Unidos. Se trata de Saray Pacheco, una madre que salió hace 15 días de Venezuela.
En su paso por el Darién, similar al de miles de personas, le quitaron el dinero, ahí corrió peligro, pero sobrevivió junto al menor de edad. Hoy, ambos están en la Avenida Central, sin imaginar que en Costa Rica, este lunes, se celebra el Día de la Madre.
Pacheco se encuentra acompañada por Rafael Peña, a quien conoció, días atrás, en "la selva más peligrosa de América". Desde ese momento, se convirtieron en compañeros de viaje.
Así como ellos, decenas de migrantes, principalmente venezolanos y haitianos, duermen en la calle y pasan necesidades tras su llegada a Costa Rica.
De acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), durante el 2022 se ha identificado un aumento constante en la cantidad de personas migrantes, cuyo destino es Norteamérica, y caminan a través de Panamá y Costa Rica: a mayo de 2022, hubo un 269% más que en el mismo periodo del 2021, un 19% son menores de 18 años.
Del total de migrantes que ingresan a territorio nacional, desde Panamá, el 85% son venezolanos. También se ha identificado que la mayoría de los venezolanos que llegan al país tienen un nivel educativo alto, ya que el 51% cuenta con educación universitaria, un 44% con la secundaria completa, un 3% con primaria completa y un 2% con alguna capacitación profesional.
Otro caso es el de Jonathan Lobo y Kenny Ballestero, ambos del país suramericano, quienes forman parte de un grupo numeroso que aún está en nuestro país. La falta de recursos los obliga a solicitar ayuda a quienes caminan por la Avenida Central, posiblemente rumbo a su trabajo o haciendo compras para pasar este 15 de agosto.
La mayoría de estos venezolanos que llegan a San José pasan, generalmente, uno o dos días hasta que logran juntar alguna cantidad de dinero que les permita pagar el tiquete de bus hasta alguna comunidad fronteriza con Nicaragua. Muchos de ellos se aglomeran en terminales de autobús.