La historia de Dereck: “Iba a robarle al padre Sergio y él cambió mi vida”

Grandes historias de superación han salido de la asociación como Obras del Espíritu Santo; una de ellas la de Dereck, quien conoció al padre Sergio Valverde porque lo iba a asaltar.

Teletica.com conversó con este hombre, quien pese a su pasado, ahora es profesional y tiene una familia, que para él “es una bendición de Dios”.

El hombre, quien ahora tiene 29 años, ingresó a la fundación hace 14 años, y un año después fue bautizado. Su cercanía con Dios era poca, y la manera de ver la vida era completamente diferente a la que tiene ahora.

Devolviéndose en el tiempo, recordó que él llegó a Obras en condiciones muy difíciles de vida, su padre ausente, su madre era prostituta y alcohólica.

"Yo llegué en una etapa muy complicada de mi vida, ahora puedo decir que soy una persona diferente, por eso me gusta compartir lo que viví. Desde mi infancia, mi vida fue muy dura, soy el tercer hermano de seis, mi mamá falleció hace un tiempo y de mi papá tengo 25 años de no saber nada", indicó.

Dereck contó que cuando se encontró al padre Sergio aquella noche fría, estaba con sus amigos fumándose un cigarro, cuando vieron al sacerdote y este les ofreció comida.

​"Yo agarré a mis compas, y les dije -comamos, dormimos al padre y le robamos, con todo lo que tiene esta gente, de fijo tiene plata.

"Luego de que comimos nos invitaron a quedarnos, y yo llamé a mi abuelita y me dijo que sí me podía quedar ahí con el padre. Mis amigos no quisieron continuar con la fundación, pero quedarme esa noche cambió mi vida", recordó.

El tiempo pasó, y Dereck se alejó de ese mundo “que nada bueno trae”. Tiempo después, invitó a sus amigos a unirse a Obras.

​"Éramos como 16 durmiendo en un mismo cuarto, pero el padre estaba tan contento de tenernos ahí. Yo me sentía seguro, y en algún momento de vida sentirme seguro era andar en la calle", señaló.

Un día, luego de mucho llanto y sufrimiento, la mamá de Dereck volvió.

​"Lo último que yo recordaba de ella, era cuando estaba pequeño que le pedí que nunca me volviera a abandonar, mi mamá no cumplió la única promesa que me hizo en la vida. Esa noche nos hizo a mis hermanos y a mi caldito de frijol, y luego se fue para no volver.

"Una noche, llegó, pero muchos años después. Estaba tan diferentes. Mi mamá era bonita, un cuerpazo, un pelazo; y esa señora que yo veía no tenía dientes, andaba un abrigo azul, nunca se me va a olvidar".

El hombre señaló que pese a todo el daño que le hizo su mamá, él prometió a Dios no aceptarle una disculpa, porque ya la había perdonado. Su fe y la ayuda de la fundación, le permitieron convertirse en el hombre que es hoy.

Días después de que su madre volvió, ella falleció producto de sus adicciones y de otras enfermedades que le habían provocado esa vida de vicios. Él expresó que no se arrepiente de haber asistido a su mamá en sus últimos días y que “fue un regalo del cielo poder volverla a ver”.

Actualmente, él es profesional y tiene una hermosa familia.

​"Cambié mi forma de vivir, de ver la vida. Ahora soy un papá dedicado a su familia, un esposo enamorado, y una mejor persona de lo que fui algún día. Así como yo hay muchos testimonios. Ahora pienso en ellos, en sacarlos adelante y luchar, seguir luchando", finalizó.

Actualmente, esta fundación beneficia alrededor de 45.000 menores; y un nuevo proyecto pretende brindar hogar a miles de jóvenes que no tienen dónde ir luego de cumplir 18 años.