Estafadores que se hacen pasar por soldados: conozca el timo de la “maleta del amor”
Los ciberdelincuentes crean perfiles falsos en aplicaciones para citas y, tras varios meses de conversaciones, convencen a víctimas para que se hagan cargo de costos de envío de paquetes.
El peligro empieza desde la víctima ingresa a las aplicaciones más populares para buscar pareja, como por ejemplo, Tinder.
Muchos delincuentes cibernéticos crean perfiles falsos, para hacerse pasar por soldados que están en combate en el extranjero (vea video adjunto de Telenoticias).
En la mayoría de los casos, contactan a mujeres de 50 años en adelante y, en particular, adultas mayores.
Es así como inician una relación virtual que se extiende desde los seis meses y hasta los dos años.
"Hemos detectado un factor común denominador, de que estas víctimas han ingresado alguna información en alguna red de citas o de amigos. Creemos que por ahí es por donde ellos obtienen la información. Se hacen pasar en algunos casos por un militar, que están en cualquier parte del mundo, que tienen una condición buena económicamente. Y durante un año o unos seis meses, comienzan a escribirle a la víctima hasta que la enamoran", explicó el jefe de la Sección de Fraudes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) en San José, Yorkssan Carvajal.
Una vez que el delincuente enamora o se gana la confianza de la víctima, le dice que enviará una caja o una maleta con artículos de alto valor y que solo confía en ella para que la reciba.
Es ahí cuando la mujer cree que le está haciendo un favor a su pareja y acepta pagar gastos relacionados con el envío y los supuestos problemas en la aduana para liberar la maleta.
Según el abogado experto en delitos cibernéticos, Adalid Medrano, muchos de estos casos terminan en un ilícito conocido como sextorsión, que ocurre cuando la víctima envía fotos íntimas al delincuente, quien la obliga a pagar cuantiosas sumas de dinero a cambio de evitar que las imágenes sean publicadas.
En 2023, la Policía Judicial recibió más de 900 denuncias por estafas mediante redes sociales, cuyo perjuicio económico supera los ¢200 millones.
Tenga presente que casi en la totalidad de las ocasiones, para el Organismo de Investigación es imposible recuperar el dinero que le roben mediante estas modalidades de fraudes.
