Montañas de sal: el paisaje que ofrecía una estación ferroviaria en Puntarenas
A inicios del siglo XX, el inglés Warren Knowlton construyó las líneas férreas desde Cascajal de Orotina hasta el Roble de Puntarenas.
A inicios del siglo XX, el inglés Warren Knowlton construyó las líneas férreas desde Cascajal de Orotina hasta el Roble de Puntarenas. Según el historiador Hernán Elizondo, esto incluyó la estación de Salinas, Esparza, popular por mostrar a los turistas paisajes cargados de sal, debido a las familias que laboraban en los alrededores en la extracción del mineral durante la época.
Otra estación que llamó la atención, de acuerdo con Elizondo, fue la de Caldera, construida en 1936, durante el gobierno del expresidente León Cortés. Al frente era común observar el mar y, en la arena, el campamento de constructores, quienes trabajaban en el puerto de Caldera. Este lugar, además, fue golpeado por la malaria.
Otra estructura destacada era el puente del Cambalache, ubicado en un caserío esparzano que lleva el mismo nombre. Se construyó en 1910 con piedra canteada en el kilómetro 87, conocido por ser peligroso, pues más de una persona sacaba la cabeza o las manos durante el paso del tren y provocaba accidentes.
Ahora las piezas son vestigios del tren, locomotoras que promovieron el avance de Costa Rica hasta 1995, año en que el exmandatario José María Figueres ordenó el cierre del Instituto Costarricense de Ferrocarriles.
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