“Los antojos de mi abuelo”: una historia de tradición y pasión por la cuchara tica
Más que un restaurante, es un homenaje a la familia, a las raíces costarricenses y a un legado culinario que comenzó con un hombre muy especial.
En el pueblo de Tarbaca, en las montañas de Aserrí, se encuentra un lugar que ha cautivado a todos aquellos que buscan una experiencia gastronómica auténtica, donde la tradición se saborea en cada plato.
“Los antojos de mi abuelo” es mucho más que un restaurante: es un homenaje a la familia, a las raíces costarricenses y a un legado culinario que comenzó con un hombre muy especial (repase la información completa en el video adjunto).
"En mi familia hemos sido súper antojados, pero ninguno como el abuelo Juan. Dichosamente, mi abuela vivió para cumplirle todos esos antojos y chinearlo como nadie. Así es como empieza esta maravillosa historia, de la cual llevamos ya 10 años", relata Gabriela Morales, propietaria del restaurante, cómo surgió este proyecto que, hoy en día, es un emblema de la gastronomía de la zona.
La historia de “Los antojos de mi abuelo” comienza con una anécdota entrañable que, según Morales, marcó el destino del restaurante.
"Un día, mi mamá, estando en la cocina, mi abuelo, que es su suegro, le revela el nombre del restaurante. Es el abuelo de quien les contaba al inicio de esta historia", explica entre risas. Un nombre que, más que un simple título, encapsula el amor y la dedicación con la que esta familia ha hecho de la cocina un arte.
Hace 10 años, Gabriela y su mamá, Marianela, decidieron dar un giro radical a sus vidas. Dejaron atrás otros caminos y, con valentía, se lanzaron a emprender en el mundo de la gastronomía. “Estamos enfocados en la comida tradicional costarricense. Además de café, tenemos una fiesta de gallos tradicionales, sopas, casados y todo tipo de arroces”, detalla Gabriela, resaltando los platos que han logrado conquistar a los locales y turistas por igual.
Pero no es solo la comida lo que ha hecho famoso a este restaurante. “Los antojos de mi abuelo” también se destaca por su compromiso con los productores de café nacionales. Morales, con una pasión que contagia, lidera un proyecto para potenciar a emprendedores del café, guiándolos y asesorándolos para crear sus propias marcas.
Estos cafés, de distintas fincas locales, se venden directamente en el restaurante, lo que permite a los comensales disfrutar de una bebida auténtica mientras apoyan la economía local.
"Lo curioso de esta historia es que yo era analista financiera, pero un día decidí apoyar a mi mamá en su sueño con la cocina y nos echamos al agua en el área de la gastronomía", cuenta Gabriela, quien, con determinación y un espíritu incansable, encontró su verdadera pasión en este nuevo camino.
A lo largo de estos 10 años, el restaurante se ha consolidado como un referente en la gastronomía local, un lugar donde las familias se reúnen para disfrutar de platos tradicionales, preparados con amor y dedicación. La calidez del lugar, sumada al sabor casero y auténtico de la comida, ha logrado crear un ambiente único que invita a los visitantes a sentirse como en casa.
Si desea conocer más sobre este negocio y las maravillas que ofrece, puede seguirlos en sus redes sociales bajo el nombre “Los antojos de mi abuelo”. Ahí encontrará no solo el menú del día, sino también detalles sobre los productores de café que apoyan y otras iniciativas que hacen de este espacio un verdadero motor de desarrollo para la comunidad.