Por José Miguel Cruz |12 de junio de 2024, 18:55 PM

A orillas del majestuoso río Telire, en la remota región de Talamanca, encontramos a Edith Montero, una voluntaria con un corazón de oro que se dirige con determinación hacia el Nido, una ONG dedicada al trabajo con la población infantil indígena de la zona.

Con el trasfondo sonoro del río como testigo de su noble labor, Montero se encamina hacia una jornada de servicio y compromiso, donde cada sonrisa de un niño es su mayor recompensa (repase la nota completa de Más Que Noticias en el video adjunto). 

Mientras tanto, en Puerto Suretka, otro grupo de voluntarios de Fundeico, la Fundación Indígena Ambiental, se reúne para llevar a cabo una misión igualmente importante. 

Con el propósito de proporcionar ayuda alimentaria a las mujeres del territorio indígena Bribri, estos voluntarios se preparan para una jornada de entrega y solidaridad.

Carlos Chaverrí, fundador de esta noble obra social, lidera el equipo de voluntarios con dedicación y pasión. Acompañado por personas generosas que donan su tiempo y esfuerzo para servir a los demás, Carlos y su equipo se preparan para hacer una diferencia tangible en las vidas de aquellos que más lo necesitan.

Hace 34 años que esta iniciativa visita el pueblo de Talamanca, llevando consigo no solo alimentos, sino también esperanza y apoyo emocional a una comunidad que enfrenta desafíos diarios.

El Banco de Alimentos y la Asociación Manos Abiertas se suman a esta causa, aportando sus recursos y esfuerzos para llevar un rayo de luz a las vidas de los habitantes de Talamanca. Juntos, forman un sólido equipo de solidaridad y compasión que trabaja incansablemente para mejorar las condiciones de vida en esta hermosa región.

A lo largo de las décadas, esta red de voluntarios ha tejido un vínculo indestructible con la comunidad de Talamanca, demostrando que el poder de la ayuda mutua y la solidaridad trasciende barreras y fronteras.

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