Familia viste con devoción el hábito carmelita: “Hasta que Dios lo permita”
Esta pareja sancarleña es devota de la Virgen del Carmen, por lo que inculcan esa fe a sus dos hijos adolescentes.
Álvaro Alvarado es un joven escultor, quien empezó desde pequeño en el tema del arte. Según relata, en su casa no había dinero, entonces él mismo se encargó de hacer los pasitos durante las primeras Navidades.
Con el paso de los años, descubrió su talento y, desde que entró al colegio, comenzó a hacer pequeñas obras de arte hasta que, a los veinte años, “le dio rienda suelta a su creatividad”.
Hoy vive en Katira, Guatuso; pero dedica su trabajo a la comunidad que lo vio nacer, Monterrey de San Carlos. Ahí ha donado gran parte de su trabajo al pueblo, en rifas y bingos, pues considera que lo que hace es un regalo de Dios.
Sobre su religión, él es un devoto a la Virgen del Carmen, por lo que viste con el hábito carmelita desde hace algunos años, junto a su esposa.
Lo bonito de esta historia es que sus hijos adolescentes decidieron seguir el ejemplo de sus padres y es una familia devota a la Virgencita, como la llaman ellos.