En busca de la cima del Chirripó: Crónica de nuestro ascenso a Base Crestones
En el kilómetro cero, a las 4:30 a. m., los seis integrantes del equipo de 'Más que noticias' dieron los primeros pasos de una larga travesía.
A las 4:30 a. m. comienza la emocionante aventura para los seis integrantes del equipo de Más que noticias. En el kilómetro cero, damos los primeros pasos de una larga travesía que nos llevará montaña adentro hasta el albergue en Base Crestones, dentro del Parque Nacional Chirripó.
La lluvia de la noche anterior y el frío de la madrugada se unen al empinado camino, poniendo a prueba tanto la fuerza física de nuestras piernas como nuestra determinación mental. El ascenso al Chirripó se trata, precisamente, de superar nuestros propios miedos y demostrarnos a nosotros mismos que los límites solo existen en nuestra mente.
Con los primeros rayos del sol, nuestro ánimo se eleva, ya que sabemos que lo más desafiante del ascenso está por venir. Después de una hora y media de caminata, por fin podemos admirar el lugar donde nos encontramos: en medio del bosque, con una vista impresionante de imponentes cerros que serán testigos de nuestra travesía.
Después de pasar el kilómetro 5, el ascenso se combina entre cuestas y algunos tramos más planos que nos permiten tomar un respiro y toparnos con otros excursionistas. En esos encuentros, se intercambian palabras de aliento y anécdotas, como la de Renier Gamboa.
"Vine aquí con mi familia para celebrar mi cumpleaños número 66. Es majestuoso llegar al punto más alto de Costa Rica y festejar la vida", expresó Gamboa.
Alrededor de las 9 a. m., después de recorrer cerca de 8 kilómetros, nos acercamos a uno de los lugares más icónicos de la ruta: la famosa Sabana de Los Leones. Este sitio es una recompensa para los caminantes que eligen la ruta por San Jerónimo hacia el Chirripó. Con una extensión de 160 hectáreas, comprendida entre el kilómetro 9 y el 11, ofrece una vista panorámica con una ligera pendiente, perfecta para descansar las piernas y relajar la mente.
Aunque la sabana no alberga leones, su nombre se debe a la vegetación: los matones de zacate seco se asemejan a las melenas despeinadas de esta especie. Pasar por la Sabana de Los Leones es una oportunidad para recargar energías, ya que las cuestas que enfrentaremos después serán aún más agotadoras, especialmente porque hemos estado caminando en la montaña durante casi seis horas.
En este punto, uno comienza a sentir que las fuerzas flaquean, y es cuando debemos recurrir a nuestra fortaleza mental y espiritual para exigirle un último esfuerzo al cuerpo.
Y así, finalmente, logramos alcanzar nuestra primera meta: llegar al albergue en Base Crestones, después de recorrer 14.5 km.