Por José Miguel Cruz |19 de julio de 2024, 18:25 PM

Ubicado en el corazón de la pintoresca y colorida provincia de Guanacaste, el cantón de Carrillo se erige como un testimonio vivo de la rica historia y cultura del país. Fundado el 16 de junio de 1877 por decreto presidencial, este cantón tiene raíces que se remontan mucho más atrás en el tiempo (ver nota completa en el video adjunto).

Carrillo, un cantón con legado arqueológico

Conocido también como el “Cantón Arqueológico de Costa Rica”, Carrillo alberga una abundancia de piezas arqueológicas que dan testimonio de sus antiguos habitantes. Este título fue formalizado mediante un Decreto Ejecutivo el 17 de enero de 1992, destacando la importancia de la región en el estudio y preservación del patrimonio precolombino costarricense.

El nombre del cantón es un homenaje a don Braulio Carrillo Colina, exjefe de Estado de Costa Rica, Benemérito de la Patria y Arquitecto del Estado Costarricense.

Carrillo es también uno de los cinco cantones que conforman la Zona Azul de la Península de Nicoya, con su rica herencia cultural, su importante legado arqueológico y su dinámico desarrollo social y educativo, se mantiene como un faro de historia y progreso en la provincia de Guanacaste.



Un legado de contribuciones locales y globales

Carrillo se distingue por sus playas de arena blanca y aguas cristalinas, que no solo atraen a turistas en busca de un paraíso tropical, sino que también sirven como un modelo de turismo sostenible. Con lugares emblemáticos como playa Carrillo y playa Samara, el cantón no solo ofrece un escape natural, sino que también se esfuerza por preservar sus ecosistemas marinos y terrestres, siendo reconocido internacionalmente por sus prácticas de conservación ambiental.

La rica historia y cultura de Carrillo se reflejan en sus festividades, tradiciones y la calidez de su gente. La comunidad no solo conserva sus raíces culturales a través de la música, el arte y la gastronomía, sino que también promueve la educación y el conocimiento de sus tradiciones locales. 

Este enfoque en el patrimonio cultural fortalece la identidad de Carrillo y promueve un sentido de orgullo y pertenencia entre sus habitantes.



Celebrando la tradición artística de Filadelfia y Carrillo: Chedo, el guardián del arte chorotega

En el pintoresco cantón de Filadelfia, Guanacaste, la comunidad no solo se distingue por su encanto rural y hospitalidad, sino también por su rica herencia artística. Conocidos como “mascareros”, los artistas locales de Filadelfia han mantenido viva la tradición de las máscaras y las danzas, elementos fundamentales de la cultura guanacasteca.

Entre estos talentosos artistas se encuentra un nombre que destaca no solo en Filadelfia, sino también en Carrillo: Chedo. Este artista es reconocido popularmente como el último practicante del arte chorotega en la región. El arte chorotega, ancestral y profundamente arraigado en la historia precolombina de la zona, representa un legado cultural que Chedo se ha dedicado a preservar y revitalizar a través de sus creaciones únicas.

Ubicado en Carrillo y vecino de Filadelfia, él no solo es un artista consumado, sino también un guardián del patrimonio cultural de su pueblo.



Rescatando la historia: la Casa de la Cultura de Filadelfia

Construida a mediados del siglo XIX, esta estructura representa un ejemplo destacado de la arquitectura vernácula de bahareque y madera, un estilo que define la identidad cultural y arquitectónica de la comunidad.

La Casa de la Cultura no solo es notable por su antigüedad y técnica constructiva, sino también por su significado histórico y cultural para los habitantes de Filadelfia. A lo largo de los años, ha servido como centro de encuentro, educación y preservación de las tradiciones locales, siendo testigo de eventos y celebraciones que han marcado la vida del pueblo.

En junio de 2000, la Casa de la Cultura de Filadelfia fue declarada e incorporada al Patrimonio Histórico Arquitectónico de Costa Rica, un reconocimiento que subraya su valor patrimonial y su importancia como parte del legado cultural de la región. Este estatus, de carácter estatal y bajo la custodia de la Municipalidad de Carrillo, refleja el compromiso de la comunidad y las autoridades locales con la conservación y el cuidado de su historia y patrimonio.

Detrás del esfuerzo por preservar este icónico edificio se encuentra una figura clave: Magda Medina, maestra pensionada, folclorista e investigadora dedicada. Con un profundo amor por su comunidad y una visión clara para el futuro, Medina no solo vela por la restauración de la Casa de la Cultura, sino que sueña con verla abierta al público, como un espacio vivo donde las generaciones actuales y futuras puedan conectar con sus raíces y celebrar la cultura guanacasteca.



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