Ortega arremete contra ONU que denunció violación de DD. HH. en Nicaragua
"Este organismo que tiene que ver con los derechos humanos no es más que un instrumento de políticas de terror, mentira e infamia. Son infames", dijo Ortega.
El presidente de Nicaragua Daniel Ortega llamó "infame" e "instrumento de terror" al órgano de derechos humanos de Naciones Unidas, que denuncio este miércoles una sistemática violación de derechos humanos en el contexto de las protestas opositoras con un saldo de más de 300 muertos.
"Este organismo que tiene que ver con los derechos humanos no es más que un instrumento de políticas de terror, mentira e infamia. Son infames", dijo Ortega en una arenga durante un acto partidario en alusión al Alto Comisionado para los Derechos Humanos (ACNUDH).
El mandatario se pronunció ante sus seguidores sobre el informe publicado por el ACNUDH en Managua y Ginebra que documenta violaciones de derechos humanos durante las protestas realizadas entre el 18 de abril y 18 de agosto.
El ACNUDH "no dice ni una palabra en su informe e ignora totalmente las muertes provocadas por los golpistas, los asesinos, que vinieron a romper la tranquilidad de un pueblo", dijo Ortega en su virulento ataque contra el organismo.
El exguerrillero, de 71 años, señaló que por eso "ya nadie cree en los organismos internacionales". La ONU, afirmó, es un "instrumento de los poderosos y de sus políticas de muerte".
- ACNUDH "se extralimitó"-
Según el gobierno del presidente Daniel Ortega, en el poder desde 2007, el ACNUDH "se extralimitó" al emitir el documento divulgado en Managua y Ginebra e incurrió en "irrespeto" por la soberanía del país.
El organismo de la ONU "no fue invitado a una visita in loco (sobre el terreno) con fines de observación a los derechos humanos, ni la resolución de la Asamblea General 48/141 invocada en el precipitado informe le concede esta facultad", señaló.
El informe "prejuzga la actuación del Estado al dejar por sentado supuestas violaciones de derechos humanos e incorpora en sí mismo afirmaciones a priori, carentes de objetividad y que no están sustentadas".
La crisis desatada por las protestas ha dejado más de 300 muertos, 2.000 heridos, una cantidad no precisada de detenidos, desaparecidos y miles de personas que han emigrado a países vecinos por temor a represalias.
Según el gobierno las víctimas mortales fueron 198.
El Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Al Hussein, instó a la comunidad internacional a tomar medidas para frenar la crisis en Nicaragua, sumida en un "clima de miedo".
"La represión y las represalias contra los manifestantes prosiguen en Nicaragua, mientras el mundo aparta la vista", señaló Al Hussein.
El coordinador de la misión de ACNUDH, Guillermo Fernández, manifestó en rueda de prensa que el documento de su organismo "no es un informe que responde a la invitación del gobierno sino al mandato universal de la ONU", de protección y promoción de derechos humanos.
Entre las violaciones documentadas por el Alto Comisionado figuran "el uso desproporcionado de la fuerza por parte de la policía, que a veces se tradujo en ejecuciones extrajudiciales, las desapariciones forzadas, las detenciones arbitrarias y generalizadas, las torturas y los malos tratos".
"En casos en que hubo violencia por parte de los manifestantes el uso de la fuerza letal por parte de las autoridades (...) así como la utilización de grupos armados progubernamentales, fueron violatorios al derecho internacional de los derechos humanos", señala.
Las protestas se iniciaron el 18 de abril contra una fallida reforma de la seguridad social, y derivaron en la exigencia de la renuncia de Ortega y de su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, acusados por la oposición de corrupción y nepotismo.