Por AFP Agencia |20 de diciembre de 2015, 12:26 PM

El arzobispo primado de México, Norberto Rivera, se manifestó el domingo a favor de la despenalización de la marihuana como un recurso medicinal y advirtió que, aunque no haya sido invitada, la iglesia opinará sobre el tema.

"La Iglesia nunca ha tenido ningún problema en recomendar que todos los elementos de la naturaleza que sirvan para la dignificación, para la salud, para una mejor vida de los ciudadanos sean aprovechados", dijo en conferencia el cardenal al ser cuestionado sobre su opinión de la despenalización de la marihuana.

Aunque consideró que la despenalización de la hierba no terminará con la violencia que afecta al país, dijo no ver mal el uso de la cannabis con fines medicinales.

"Desde chico conocí esa situación, sobre todo cuando uno trabajaba mucho o caminaba mucho y llegaba muy cansado, pues le daban a uno su friega (masaje) de marihuana con alcohol [...] y nunca nadie lo vio como algo fuera de orden", indicó el clérigo.

El máximo representante de la iglesia católica se refirió a este tema luego de que el gobierno ha convocado a partir de enero a un debate nacional sobre la despenalización de la marihuana.

México entrará en esta discusión tras el histórico fallo en noviembre de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a favor de cuatro personas para consumir marihuana con fines recreativos.

En ese sentido, Rivera dijo que "con invitación o sin invitación daremos nuestro parecer" durante el debate.

La decisión de la suprema corte impulsó al gobierno de Enrique Peña Nieto y al Congreso a considerar la posibilidad de reformar leyes relacionadas con la marihuana en un país azotado durante años por la violencia del narcotráfico.

El presidente mexicano se ha manifestado abiertamente contra la despenalización de la hierba y ha descartado que esta medida facilite el combate al crimen organizado, pero también ha dejado claro que está a favor de que el tema se discuta ampliamente en el país.

Los que están a favor argumentan que la despenalización podría mermar los ingresos de los narcotraficantes y reducir la violencia que ha cobrado la vida de decenas de miles de personas desde 2006.