¡Que las emociones no le ganen! Controle el hambre emocional con estos consejos
Cuando comemos por aburrimiento, tristeza o estrés, estamos utilizando la comida como una forma de calmarnos.
Redacción: Miguel Fallas
¿Alguna vez ha comido un paquete entero de galletas sin darse cuenta? Eso podría ser hambre emocional. A diferencia del hambre fisiológica, que es una señal de que el cuerpo necesita energía, el hambre emocional está más relacionado con las emociones.
Cuando comemos por aburrimiento, tristeza o estrés, estamos utilizando la comida como una forma de calmarnos, pero esta práctica puede llevarnos a comer en exceso y a sentirnos mal después.
¿Cómo saber si se trata de hambre emocional o fisiológica? Preste atención a cómo se siente su cuerpo. El hambre fisiológica suele aparecer de forma gradual, se siente en el estómago y se calma con cualquier alimento.
En cambio, el hambre emocional aparece de repente, es intenso y exige un alimento específico para satisfacerlo. Además, el hambre emocional suele ir acompañado de otros sentimientos como ansiedad, tristeza o aburrimiento.
La buena noticia es que hay muchas maneras de atenuarlo. Intente distraerse con alguna actividad que disfrute, como leer o salir a caminar. También puede practicar técnicas de relajación para calmar su mente. Recuerde que comer de manera consciente le ayudará a tener una mejor relación con la comida y a cuidar su bienestar.
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