¿Por qué muchas veces las metas que nos proponemos para inicio de año no se concretan?
El programador neurolingüístico, Javier Badilla, explica cómo definir propósitos racionales y que, a la vez, se puedan cumplir.
En búsqueda de un nuevo comienzo o mejorar ámbitos de su vida, muchas personas se proponen metas cada año, especialmente en enero, con la esperanza de lograr cambios significativos en sus vidas.
Sin embargo, lograr estos objetivos no siempre es sencillo. Para entender las claves de un cambio duradero, Teletica.com conversó con Javier Badilla Chavarría, programador neurolingüístico, quien comparte su experiencia y consejos sobre cómo establecer metas alcanzables, mantener la disciplina y crear un plan de acción efectivo para transformar nuestros propósitos en logros concretos.
—¿Cuáles son las metas más comunes que las personas se plantean a principio de año?
Bueno, todos los años lo vemos por todos lados: la gente que quiere bajar de peso, retomar estudios, cambiar de trabajo, hacer ejercicio, aprender un idioma o emprender un negocio. Eso es lo más común, lo que siempre vemos, aunque la meta más importante es empezar un año distinto al que acaba de terminar. Eso es lo que la mente inconsciente del ser humano busca: hacer cosas que le ofrezcan más bienestar, más apoyo. Pero usted puede ver que en enero y parte de febrero las matrículas de todos estos lugares están al tope y luego empiezan a bajar.
—¿Por qué cree que las personas, generalmente, no consiguen sus metas?
La razón por la cual, generalmente, no consiguen las metas es porque, como decía Einstein, no podemos lograr resultados nuevos haciendo las mismas cosas. La gente quiere cambiar sus vidas y alcanzar sus metas sin cambiar el entorno. Quieren hacer cambios en su vida sin dejar de hacer ciertas cosas o, más bien, quieren alcanzar metas, pero sin dejar de hacer lo que realmente les gusta. Si se incomodan es poco, porque no instalan, no desarrollan, no refuerzan algo que se llama disciplina.
La mejor forma de explicar la disciplina es hacer algo que no me gusta hacer como si me gustara. Hacer algo que no quiero y que no me gusta hacer, como si me gustara hacerlo. Eso, para nosotros, es disciplina. Entonces, si no cambiamos ese entorno, esas costumbres, y no lo hacemos en el mismo momento en que tomamos la decisión, va a ser muy difícil que se logre el objetivo. La gente va a ir a una o dos o tres sesiones al gimnasio, va a empezar a comer más sano, va a ir a un par de lecciones o tres lecciones del curso, hace una serie de cosas más, pero si no hace los cambios en su modus vivendi, va a ser difícil que el cambio sea real. Si no hay cambio de entorno, no hay cambio de vida. El cambio de vida está ligado al cambio de entorno.
—¿Cuáles son las estrategias más efectivas para establecer metas claras y alcanzables?
Hay cuatro puntos específicos que debemos seguir. El primero es definir metas claras y específicas, ya sean a corto, medio o largo plazo. Para esto, hay un método muy conocido que se llama el método SMART: específicas, medibles, alcanzables, relevantes y con un tiempo definido. Tiene que tener esos requisitos para que sea una meta. Aquí hay algo muy importante: la única diferencia entre un sueño y una meta es una fecha. Mientras unos sueñan, otros establecen tiempos. Así se puede pasar de meta a realidad. Sin fecha, no hay meta. El tiempo es muy importante.
La otra clave es que las metas deben ser alcanzables, deben ser racionales. Si se pone una meta inalcanzable o algo imposible, va a ser muy difícil de alcanzar. Las metas también deben ser medibles, es decir, debe poder medir su progreso y poner un plazo para ello. También hay que priorizar lo más importante y conveniente. Aquí es muy valioso cambiar lo que me gusta por lo que me conviene. A veces, lo que me gusta no es lo más conveniente. Por ejemplo, si el ejercicio o la parte académica o económica es lo que más me conviene, debemos ponerlo en primer lugar, aunque no sea lo que más me gusta.
—¿Es relevante crear un plan para cumplir la meta?
Ese es el segundo punto, crear un plan de acción. Una meta sin un plan de acción no sería una meta. Es importante que la persona haga un plan, divida las metas en tareas más pequeñas y manejables, y asigne plazos y responsabilidades. Si trabaja en equipo, debe saber delegar. También es esencial manejar el tiempo adecuadamente y eliminar la procrastinación, que es esa costumbre o manía de dejar las cosas para después. La procrastinación se crea por un “virus mental” llamado Géminis, un pensamiento gemelo que surge cuando uno dice: “Qué pereza, no voy a lograrlo, no voy a alcanzarlo”. Es importante regular el diálogo interno para evitar que ese virus mental de procrastinación nos detenga.
El tercer punto es la mejora continua y el seguimiento constante. Es crucial que la persona haga un seguimiento para medir su avance y hacer los cambios necesarios en el camino. Aquí es muy importante: si el plan no funciona, cambie el plan, pero no cambie la meta. Si la meta está bien estudiada, es medible y alcanzable, lo que debe cambiar es el plan, no la meta. Es fundamental hacer un chequeo diario o semanal para ver cómo se avanza. También, debe aprender a visualizar el resultado. Ver los resultados con brillo, color, acción, movimiento, sentir las sensaciones. Ver la meta lograda, experimentarla como si ya estuviera realizada.
—¿Cómo se puede mantener el enfoque y la disciplina para lograr la meta?
Hay que mantener el enfoque, programarse y rodearse de personas que ayuden a cumplir las metas, eliminando la relación con quienes no lo harán. Es importante entender que el ordinario hace lo que puede, mientras que el extraordinario hace lo que tiene que hacer. La disciplina, determinación, carácter y decisión son claves para no abandonar. La gente suele abandonar sus metas después de 15 días, un mes, o un mes y medio. Por eso, es fundamental la autoproclamación, automotivación y compromiso.
También es importante mantener el silencio con sus metas, no compartirlas con nadie hasta que las haya logrado, excepto con las personas que puedan ayudarle. Además, es esencial visualizarlas todos los días, escribirlas y ponerlas en un lugar visible. También hay que dormir bien, mantener un equilibrio entre descanso y trabajo, llenar la mente de pensamientos positivos, y hacer una pequeña evaluación de lo que nos ha distraído en el pasado y cómo evitarlo.
—¿Qué piensa sobre la tradición de establecer metas solo en enero? ¿Es ideal empezar poco a poco o establecer varias metas a la vez?
Lo importante es no hacer las metas por tradición o impulso emocional. Muchas personas deciden sus metas porque es una tradición, no porque realmente hayan tomado la determinación de cambiar algo. Esto se ve cada año: el 31 de diciembre y el 1.º de enero, las metas surgen como un impulso colectivo, pero si no hay determinación real, las metas se caen. Es necesario hacer una evaluación constante. Revisar cada semana, cada mes, cómo voy avanzando, qué he logrado y qué me falta por hacer. Establecer metas no es algo solo para principios de año; debe ser un proceso continuo.
—En su experiencia, ¿qué tipo de metas tienen más posibilidades de ser alcanzadas: las que se centran en el proceso o las que se centran en el resultado?
Las metas que se centran en la determinación son las que más posibilidades tienen de ser alcanzadas. El proceso es importante, pero lo que realmente marca la diferencia es la determinación. Cuando la mente inconsciente empieza a hacer cosas que no le gustaba hacer, es cuando realmente se alcanzan los objetivos. Si uno quiere bajar de peso, hacer ejercicio, o aprender algo, debe estar dispuesto a pagar el precio, a hacer cosas que no le gustan. Si no hay determinación, el proceso se trunca.
—¿Qué consejo le daría a alguien que comienza el 2025 con la intención de hacer un cambio significativo en su vida personal o profesional?
Lo primero es hacer un pequeño inventario de las cosas que necesita cambiar, lo que le ha funcionado y lo que no. Reflexione sobre qué cosas no ha logrado en el pasado y por qué no las alcanzó. Recuerde que cambiar de entorno es crucial para cambiar la vida. Solo con determinación y disciplina podrá lograr lo que se propones.
Siempre es importante tener ayuda de un psicólogo o de un profesional en neurociencias. Lo relevante es salirse de lo tradicional, pero lo más importante es rodearse un mentor, que es aquel que le va a ayudar a lograr algo que ya él logró. Al final las metas son una decisión personal, que debe ser analizada, no por moda, sino por usted.