Por Mariana Valladares |24 de julio de 2024, 15:30 PM

El legado musical de Guanacaste no solo preserva las tradiciones del pasado, también inspira a nuevas generaciones de músicos que continúan explorando y reinventando su herencia cultural.

En un mundo cada vez más globalizado, la música guanacasteca sigue siendo un testimonio vibrante de la diversidad y riqueza cultural de Costa Rica, prueba de ello son los grupos costarricenses Malpaís, Los Ajenos, que tienen sus raíces en la provincia, y el reconocido músico guanacasteco Max Goldenberg.

Teletica.com conversó con estos destacados artistas, quienes coinciden en que es un orgullo poder representar su cultura mediante la música.

Luis Gabriel Loría, conocido artísticamente como "Luisga", es el vocalista, compositor y guitarrista del grupo Los Ajenos. Él nació en Nicoya en una familia de músicos e inició desde una temprana edad en la música. Para "Luisga", la música está en sus venas y no recuerda a qué edad tocó su primer instrumento, porque creció entre ellos.

"Yo nací allá. Siempre estuve rodeado de música de Guanacaste, vengo de una familia de músicos, mi papá es músico. A los ocho años ya tenía un grupo con mis hermanos, es algo que se trae en las sangre y poder retratarlo, sintetizar en canciones lo que es ser guanacasteco, es hermoso y sin duda un orgullo.

"Nuestra música está caracterizada por la alegría, mostramos que somos alegres de corazón donde vayamos. Actualmente yo no vivo allá, de hecho me vine para San José siendo un adolescente, pero extraño mis raíces. Ir y tocar en Santa Cruz, Nicoya, Liberia, es buenísimo, porque conecto con mi tierra. Creo que esa alegría es la que se refleja en Los Ajenos, es como llevar un pedacito de la cultura guanacasteca en cada canción", acotó Loría.

Aunque Los Ajenos no es un grupo únicamente de música guanacasteca, Loría considera que su aporte dentro de la banda acerca los ritmos, las canciones y los proyectos de la agrupación a las raíces tradicionales de Costa Rica.

Por otro lado, el grupo musical Malpaís engloba un reflejo fiel de la música folclórica costarricense, aunque con influencias de ritmos latinos. La agrupación surge en 1999 con ocho miembros, entre ellos Jaime Gamboa y su hermano, el guanacasteco Fidel Gamboa.

Este medio conversó con Jaime sobre el recorrido de la agrupación y lo que para él significa la música de Guanacaste.

"Yo nací en San José, pero mi sangre es guanacasteca. Fidel, mi hermano, si nació allá. La idea de Malpaís surge de luego de muchos años de tocar juntos. Al inicio fue un grupo solo para grabar, escribir y ver qué pasaba, ese era nuestro objetivo en 1999. En 2002 salió nuestro primer disco y no teníamos ni nombre, pero sí muchas ganas de hacer música. Poder llevar la música tradicional con nuestra esencia a Costa Rica y al resto del mundo es un honor, pero también una gran responsabilidad.

"Fidel era guanacasteco guanacasteco, le gustaba explorar. Por ejemplo, en la canción Presagio, lo que suena al inicio es un quijongo, siempre está muy presente en nuestra música la parte cultural", resaltó Gamboa.

Fidel falleció en 2011 y su legado perdura no solo en la agrupación, también en la música de su tío Maximiliano, conocido artísticamente como Max Goldenberg.

Aunque Goldenberg, al igual que sus sobrinos, creció entre guitarras y canto, dice que quien lo impulsó a trabajar en su música fue Fidel. De todas sus canciones, recuerda con especial cariño Ausencia, dedicada a su esposa, y Fin de Curso, que habla de la primera vez que su nieto le pidió permiso para irse solo a la calle.

Con más de 50 años de trayectoria, Goldenberg, con su voz y su guitarra, transmiten el legado de la música de su provincia.

"Realmente crecí entre música, fue una cosa espontánea, muy bonita. Enumerar una canción que refleje lo que es ser de aquí es imposible, porque creo que todas lo reflejan. Yo reconozco el trabajo de los campesinos, me identifico con su historia, su vida, su gente, porque lo he vivido. Siempre he disfrutado la música, pero Fidel y Jaime también, me motivaron e impulsaron a grabar.

"Yo creo que debemos preservar este legado tan rico que es la música guanacasteca, las comidas, la cultura. En el área musical, debemos impulsar a los niños y niñas a que estudien cualquier manifestación artística, que conecten con sus raíces", subrayó el artista de 80 años.

El legado musical de esta provincia, lleno de ritmos y melodías, reúne la historia y el alma de su gente y es una joya que merece ser celebrada y preservada por las generaciones venideras.

"Cuando nosotros iniciamos, recuerdo que la gente pensaba 'qué polada', no era una reacción de disfrute. Ahora todo ha cambiado, a las personas les gusta escuchar esta música y me da mucho orgullo poder llevar estas raíces costarricenses a través de algo que amo", finalizó Gamboa.

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