Por Mariana Valladares |25 de julio de 2024, 15:28 PM

Las retahílas representan mucho más que simples juegos de palabras: son un reflejo vibrante de la creatividad, el ingenio popular y la cultura costarricense, sobre todo la guanacasteca. 

Estas composiciones orales, transmitidas de generación en generación, combinan rimas y ritmos para contar historias, relatar experiencias o simplemente entretener.​ En el marco de los 200 años de la Anexión del Partido de Nicoya y como cierre del especial, Teletica.com contactó a esa nueva generación de retahileros responsables de resguardar esta preciada tradición costarricense.

Dentro de las figuras más reconocidas de las retahílas costarricenses destaca Max Barberena, quien fue una fuente esencial para llegar a estos jóvenes talentos.

Eliencita Gutiérrez Ramos fue el primer ejemplo que Barberena mencionó. Gutiérrez es una joven de 26 años, oriunda de Tilarán y, aunque inició "ya grande" en este mundo de retahílas, es una de las referentes femeninas de esta práctica, no solo en Guanacaste, en todo el país.

"Cuando estaba en kínder dije una bomba y salió muy mal, pero a mi mamá le quedó esa espinita de que tal vez yo podía ser buena para eso. Ella también escribe, pero es más romántica, como poemas y así. En mi niñez y adolescencia nunca experimenté esta faceta, fue ya grande. En 2019 fue que todo inició, se me ocurrió hacerle una retahíla a un familiar tomando como referencia una característica de la persona y de ahí me empezó a gustar, realmente empezó como algo poco serio, pero ahora amo lo que hago. Era muy introvertida ante el público, me daba pánico y al inicio tenía pocas bombas y retahílas. Ahora yo las escribo, me las aprendo y tengo mi propio repertorio. Así fue como conocí a Max, que cree en mí y eso lo agradezco muchísimo.

"Anthony Quesada, que le dicen Shakira, también me ha impulsado demasiado, me ayuda como con esa retroalimentación cuando escribo algo. Tengo un montón de bombas, retahílas y ha sido una experiencia hermosa, me encanta poder representar una parte de mi legado, de mi cultura", acotó Gutiérrez.

Miranda Zúñiga es otra talentosa retahilera. La joven de 16 años no es oriunda de Guanacaste, aunque resalta que esta tradición le pertenece a todo el país y se siente muy orgullosa de poder practicarla.

​"Yo empecé a decir retahílas cuando tenía 5 años porque mi mamá me enseñó un video de esta práctica costarricense y me pareció muy interesante. Antes yo solo me aprendía las retahílas, ahora las escribo con mi mamá. A los 7 años fue que conocí a Max, él me abrió muchísimo las puertas y me impulsó. Han pasado casi 10 años desde eso.

"Yo creo que, como jóvenes, es nuestra responsabilidad cuidar este legado, y no es algo solo de las personas de Guanacaste, es de todo el país. Me siento feliz y orgullosa de ser parte de esta población que sigue luchando por cuidar nuestras raíces", subrayó Zúñiga.

Nueva generación de Retahíleros

Estas rimas juegan un papel crucial en la transmisión de la cultura y el lenguaje, razón por la cual en la mayoría de centros educativos son utilizadas en niños de kínder y de escuela. Este medio también contactó a otro referente de las retahílas: Farid Nema, conocido como "Pilón".

"Yo ya tengo un poquillo más de experiencia con las retahílas, pero uno nunca deja de aprender. Por eso es que decidí hacer talleres para niños, que aprendan qué es una bomba, una retahíla y se enamoren de nuestra cultura. Hay que explicarle a las poblaciones más jóvenes para qué sirve este legado que nos dejan, el sentimiento y el amor a la cultura. Así, desde cero, van a aprendiendo de rimas y lo ven como algo lindo y divertido.

"Yo empecé en este mundo como en 2005, en 2008 grabé mi primer disco. Por mis talleres tal vez han pasado unos 21 niños, pero ese amor, ese compromiso que te digo que hay que inculcar, porque algunos no vuelven, tengo tres o cuatro que son comprometidos y yo los veo como grandes retahileros en un futuro", subrayó "Pilón".

Nueva generación de Retahíleros

Uno de esos niños comprometidos es Thiago Rodríguez, la voz más joven entr todas las que destacamos en esta nota. Con tan solo 10 años, ya se posiciona como un artista emergente de las retahílas.

"Esta es mi pasión, las retahílas. Yo empecé cuando tenía 5 años porque yo vi a alguien diciendo bombas y retahílas y pensé 'ay papá, yo quiero ser como él, a mi esto me gusta'. Y así me aprendí bombas y retahílas. En eso un día mi mamá me dijo que si yo quería aprender bien, que había unos talleres y yo le dije que sí, yo quería ir. Mis compañeros me apoyan, les parece bonito que yo practique esto", recalcó el niño.

Yoselyn Gutiérrez, madre de Thiago, dice que se siente muy orgullosa de su hijo y que disfruta escucharlo decir sus preciadas retahílas.

Nueva generación de Retahíleros

Estas expresiones son, sin duda, una joya de la cultura costarricense que recuerda la importancia de valorar y preservar nuestras tradiciones más arraigadas.

Destaca un común denominador entre estos testimonios, y es que, en la mayoría de ellos, ese interés por la tradición inició a los 5 años o antes, hecho que evidencia la importancia de fomentar el amor por la patria, el nacionalismo y el respeto a Costa Rica desde la casa.

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