1 de diciembre de 2021, 9:00 AM

Bernal Fonseca / Empresario, comunicador, presentador y productor televisivo.

El artículo primero de la Ley Fundamental de Educación señala que toda persona habitante de la República tiene derecho a la educación, y el Estado, la obligación de procurar ofrecerla en la forma más amplia y adecuada. Ahora, si vamos al cómo ese mandato social se consigue, es a través del aprecio promovido en las personas estudiantes por los derechos humanos, la diversidad lingüística, multiétnica y pluricultural del país.

Preguntémonos, ¿se cumple integralmente este artículo? Por otro lado, ¿cómo impacta la debacle del Ministerio de Educación Pública (MEP) en nuestra sociedad?

Si hoy pudiésemos comparar al MEP con algo, sería con una pulpería mal gestionada. Un sitio donde las características de competitividad, innovación y estrategia quedan a un lado para dar paso a la improvisación, el no asumir responsabilidades y afectar a quienes consumen su producto.

En esta pulpería, los administradores tienen en sus manos un sistema que experimenta un apagón educativo, mientras tanto, se dedican a improvisar en la ejecución de fórmulas como las Pruebas FARO, discuten acerca de las personas responsables en hacer preguntas que violentan la privacidad de la niñez y publican artículos con contenido sexual explícito sin pasar por un equipo editorial. ¡Hermoso! Y aún sigue la ola de encontrar responsables.

El producto está lejos de competir con sistemas de primer mundo como Dinamarca, Japón o Noruega, sí, hay que mirar hacia los mejores para ser los mejores. Está añejo, obsoleto y a kilómetros de la formación tecnológica que se requiere en medio de la sociedad del conocimiento.

La infraestructura nos presenta centros educativos sin acceso a servicios básicos, por ejemplo, agua potable, mobiliario decente o lo más necesario hoy, conectividad, donde mejor no hablemos de la disputa por la tecnología 5G.

Quienes consumen diariamente en esta “pulpe” divagan en medio de todo lo anterior, dando como resultado una generación con opciones limitadas para ocupar puestos de liderazgo en la economía y la sociedad de una forma eficiente a futuro. Bajo este escenario, pasemos la página de pensar colectivamente porque quien lo desee, deberá trabajar extra de forma individual.

Todo negocio debería tener claro el propósito por el cual existe y no dudo que nuestra “pulpe” lo tenga, la ventaja es que como por ella hemos pasado muchas de las personas que hoy caminamos por este país, esa misión está a disposición de todas las personas y debemos exigir que se cumpla.

El artículo segundo de la Ley Fundamental de Educación señala los fines de la educación, que procedo a mencionar: la formación de ciudadanos amantes de la patria, contribuir al desenvolvimiento pleno de la personalidad humana, formar ciudadanos que concilien los intereses individuales con los de la comunidad, estimular el desarrollo de la solidaridad y comprensión humanas y, por último, conservar y ampliar la herencia cultural.

¿Habrá dónde “pegar” visiblemente esto para que lo vean los administradores de la pulpería por si se les olvidó?

Sigamos creando criterio en conjunto y recuerden que si desean compartir conmigo sus puntos de vista pueden hacerlo al correo [email protected] o a través de mi perfil en LinkedIn.


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