POR Luis Jiménez | 9 de septiembre de 2020, 9:37 AM

El único sospechoso de matar a la joven Allison Bonilla ya está en la cárcel cumpliendo los seis meses de prisión preventiva que le impusieron como medida cautelar, mientras avanza la investigación del caso.

Este martes a eso del mediodía, el hombre identificado con los apellidos Sánchez Ureña fue ingresado al centro penitenciario.

Según informó la oficina de prensa del Ministerio de Justicia, Sánchez fue trasladado de celdas judiciales hasta una cárcel del complejo occidente en San Rafael de Alajuela.

Teletica.com supo, además, que el sujeto se encuentra en el Centro Nacional de Atención Específica, es decir, en Máxima Seguridad de La Reforma.

Lea también

Sucesos

Sospechoso de matar a Allison dará marcha atrás en su versión

Para el abogado defensor, el imputado dijo ser culpable por estar bajo una fuerte “presión psicológica”.

Todo privado de libertad que ingresa a cualquier cárcel del país debe permanecer en cuarentena por la emergencia sanitaria de COVID-19. Sánchez cumple esta medida, pero también se encuentra en una celda individual por seguridad.

El sospechoso de matar a Allison habría recibido amenazas de muerte y por esta razón al parecer, permanece asilado como parte del resguardo del privado de libertad. 

Sánchez Ureña fue detenido el pasado 2 de setiembre en la casa de unos familiares en Ujarrás de Cartago y, tras ser indagado por la Fiscalía, confesó que él violó y mató a Allison. Además, aseguró a las autoridades que lanzó su cuerpo a un botadero clandestino en Santiago de Paraíso.

Tras una intensa búsqueda en la zona por parte de OIJ, Fuerza Pública, Cruz Roja y otros colaboradores, aún no se han podido ubicar los restos de la joven. 

Allison fue vista por última vez el pasado 4 de marzo, cuando caminaba de regreso a su casa en Ujarrás.

Ese día, ella envió un mensaje de audio a su novio y le dijo que la iban siguiendo dos hombres.

Lea también

Sucesos

Así buscan a Allison en terreno difícil y lleno de basura

Unos 50 funcionarios revisan la parte baja de un botadero clandestino ubicado en Cartago.