Prófugos de la ley encuentran refugio y oro en el Parque Nacional Corcovado
Sus espesos bosques y terrenos inhóspitos han servido como escondite para aquellos que huyen de la justicia.
POR Luis Jiménez | 1 de junio de 2024, 8:00 AM
En el corazón del Parque Nacional Corcovado, una de las áreas más biodiversas del mundo, se esconde un oscuro secreto. Este paraíso natural, situado en la península de Osa, en Costa Rica, se ha convertido en un refugio inesperado para prófugos de la ley y buscadores de oro.
El Parque Nacional Corcovado, conocido por su riqueza en flora y fauna, atrae a turistas y científicos de todo el mundo. Sin embargo, sus espesos bosques y terrenos inhóspitos también han servido como escondite para aquellos que huyen de la justicia. La inaccesibilidad del parque y su densa vegetación hacen difícil la intervención de las autoridades, convirtiéndolo en un lugar perfecto para desaparecer.
La minería ilegal de oro en Corcovado no es un fenómeno nuevo, pero ha cobrado fuerza en los últimos años. La promesa de encontrar oro en los ríos y en las montañas del parque ha atraído a numerosos individuos, incluidos prófugos de la ley, que ven en esta actividad una oportunidad para obtener ingresos rápidos y significativos. La extracción de oro en esta región no solo es ilegal, sino también altamente destructiva para el medio ambiente.
“Este año hemos detenido a más de 30 personas extrayendo oro de manera ilegal del parque, de esos poco menos de la mitad son personas que tienen órdenes de captura por diferentes delitos. Siempre que detenemos gente en Corcovado tienen orden de captura, ya sea por delitos ambientales u otras cosas. La semana anterior detuvimos a once personas extrayendo material minero y uno de los aprehendidos tenía orden de captura por homicidio en Pérez Zeledón”, comentó Sergio Torres, encargado del Programa de Control y Protección del Parque Nacional Corcovado.
La minería artesanal en Corcovado implica el uso de mercurio y otras sustancias tóxicas que contaminan los ríos y suelos, afectando a la fauna y flora del parque. A pesar de los esfuerzos de las autoridades por controlar esta actividad, los mineros ilegales operan en zonas remotas y difíciles de alcanzar, lo que complica su detención y procesamiento judicial.
Uno de los principales factores que atrae a los prófugos al parque es la falta de vigilancia efectiva. La extensión y densidad del parque, combinado con recursos limitados para la supervisión, permite que los delincuentes se establezcan y operen con relativa impunidad. La dificultad para patrullar el área ha llevado a una presencia insuficiente de guardaparques, facilitando así el refugio de estos individuos.
“Este fenómeno de prófugos de la justicia dentro del parque sacando oro se está dando desde hace rato y el que menos tiene es buscado por orden de presentación; estos son las personas que se declaran reos rebeldes porque debían de asistir a un juicio y no lo hacen. Pero la mayoría de los casos tienen orden de captura, ya sea de un mes de cárcel. En todos los casos que atendemos siempre sale una persona apremiada.
“Para nadie es un secreto que Corcovado ha sido refugio de muchas personas prófugas porque ahí hay vida, las personas hacen plata porque hay oro y es uno de los parques más ricos en fauna del país y los que ingresan tienen mucho para comer porque se dedican a cazar para poder sobrevivir”, manifestó Torres.
El impacto de estas actividades ilegales no solo se limita al medio ambiente. Las comunidades locales también sufren las consecuencias de la minería ilegal. La presencia de mineros ilegales ha aumentado la violencia y el crimen en la región, creando un ambiente de inseguridad para los habitantes y turistas. Además, los conflictos por el control de las áreas de extracción de oro pueden desencadenar enfrentamientos violentos.
La biodiversidad del Parque Nacional Corcovado está en peligro. Las especies en peligro de extinción, como el jaguar y el tapir, se ven amenazadas por la destrucción de su hábitat natural. La minería ilegal no solo destruye el entorno físico, sino que también altera los delicados equilibrios ecológicos que sostienen a estas especies.
El gobierno ha implementado varias medidas para combatir la minería ilegal en Corcovado, incluyendo operativos de desalojo y campañas de concienciación. Sin embargo, la lucha es constante y requiere de una mayor inversión en recursos y personal para ser efectiva. La cooperación internacional y el apoyo de organizaciones ambientales también son cruciales para proteger este invaluable patrimonio natural.
La situación en Corcovado pone de relieve la necesidad de una mayor integración de estrategias de conservación y seguridad. Es imperativo que las autoridades adopten enfoques multidisciplinarios que involucren tanto a policías como a expertos ambientales para abordar la problemática de manera integral.
Los esfuerzos por detener la minería ilegal y asegurar la protección de este entorno único deben redoblarse, involucrando a todas las partes interesadas en una lucha conjunta.
En última instancia, el éxito de las iniciativas para proteger el Parque Nacional Corcovado dependerá de la voluntad política, el compromiso de las comunidades locales y el apoyo internacional. Solo a través de una acción coordinada y sostenida se podrá asegurar que este refugio natural no se convierta en el último escondite para aquellos que buscan evadir la justicia a expensas de la naturaleza.
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