POR Luis Jiménez | 18 de agosto de 2021, 10:00 AM

El Tribunal Penal de Cartago condenó a Nelson Sánchez Ureña a la pena máxima por homicidio simple, por lo que deberá descontar 18 años de cárcel tras ser encontrado culpable del asesinato de Allison Bonilla.

La Fiscalía y el querellante habían solicitado la pena máxima de 35 años de cárcel por el delito de homicidio calificado; sin embargo, para el Tribunal no cabe este delito, ya que no hay pruebas suficientes para acreditárselo.  

Según señaló el juez, este miércoles, Sánchez cometió el delito de homicidio simple y no calificado porque "no hubo alevosía contra la víctima".

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La lectura del por tanto se llevó a cabo este miércoles en el Tribunal Penal de Cartago.

“De forma evidente quedó demostrado que la conducta que usted realiza en contra de Allison es contraria al ordenamiento jurídico porque nadie puede acabar con la vida de alguien. Usted es una persona que trabajaba y realizaba dentro de su vida todo tipo de acciones con normalidad, pero al conocer sus actos no es posible matar a una persona”.

"Al ser vecino de la zona, usted se aprovechó del conocimiento del lugar para asesinar a Allison, una persona joven de 19 años, quien era estudiante y estaba empezando a vivir", le dijo el juez Franklin Ramírez.

Para el Tribunal, a pesar de que Nelson Sánchez decidió terminar con la vida de la joven "de una forma muy fría, con extrema crueldad y violencia", considera que no hubo alevosía y, por este simple hecho, no le otorgó la pena máxima de 35 años cárcel por homicidio calificado; pero sí la pena máxima por homicidio simple.

Los jueces analizaron todos los elementos y estos le permitieron realizar una reconstrucción sucesiva de los hechos para determinar su responsabilidad. Llegaron a la conclusión de que Sánchez trasladó a Allison hasta la Finca La Flora, le causó una herida grave que le provoca sangrado, luego la amordaza dentro del carro y la traslada hasta el botadero clandestino en Cachí, Cartago, donde la lanza al precipicio de 450 metros, donde muere.  

“Usted lanza a Allison al precipicio, lo que le causa lesiones incompatibles con la vida por la altura que este tiene. Las heridas que se causan a una persona de una altura como esta, la llevan a la muerte y eso fue lo que pasó con la joven. Quedó demostrado que esa caída le ocasiona la muerte y no los golpes que Sánchez le propinó en la finca”, dijo el Tribunal.

Los testigos que vieron a la joven con su agresor y un trapo que estaba en el carro donde trasladaron a Allison, que tenía rastros de sangre de ella y del imputado, así como los videos donde se observa a la joven caminando hacia su casa, fueron prueba fundamental para determinar la culpabilidad del sujeto.  

El Tribunal concluyó que el mismo día que desapareció Allison, el 4 de marzo de 2020, fue también cuando la mataron.