POR Luis Jiménez | 8 de febrero de 2023, 12:20 PM

Yadder Danilo Obando, esposo del imputado de apellido Bodaan, continuó este miércoles, por segundo día consecutivo, con su declaración sobre el homicidio de la anestesióloga María Luisa Cedeño en el hotel La Mansion Inn en Manuel Antonio, Quepos, provincia de Puntarenas.

Durante su comparecencia indicó que, en el hotel del cual era accionista y codueño, se realizaban fiestas privadas con empleados, donde en más de una ocasión presenció acosos sexuales y escenas de celos entre los colaboradores.

Obando mencionó en varias ocasiones a Cristofer Castro, quien era el guarda de seguridad del lugar cuando ocurrió el homicidio y que, al parecer, se casó con una mujer que se había hospedado en el hotel y se fue a vivir con ella a Estados Unidos.

"Él se casó con una huésped y lo hizo durante el tiempo que yo estuve en el hotel, no sé cuándo la conoció, pero sí se hacían videollamadas frecuentes. Alardeaba de que era muy mujeriego y que las enamoraba", declaró Obando. 

Desde hace seis meses, Interpol Costa Rica lanzó una alerta internacional para dar con el paradero de Castro y traerlo al país para declarar en el debate, ya que su versión sería clave para la investigación. Sin embargo, al día de hoy, no se ha podido dar con él.

“La noche antes de que ocurriera el homicidio tuvimos una reunión en el apartamento donde vivíamos Bodaan y yo, ahí llegó Miranda y Herrera; estuvimos comiendo pollo, tomando ron, conversando y escuchando música. 

"En ocasiones hacíamos reuniones privadas allí y a veces los empleados nos pedían la piscina privada que teníamos para hacer fiestas entre ellos. Algunos amigos también llegaban a la piscina.  

“Con respecto a Cristofer, él era botones y también hacía trabajos de seguridad. Durante la noche y madrugada del homicidio estaba en turno de noche como guarda. 

"Entre esta persona y Herrera habían como celos y no se llevaban muy bien, pero Herrera siempre tenía buena relación con los demás empleados”, dijo Obando.

Obando también indicó que, en una ocasión, Castro le pidió el número de teléfono a una huésped, quien lo denunció, y que él "muchas veces trataba de enamorarlas".

“Cristofer era muy confianzudo con las empleadas, se decían bromas feas, se ponían apodos, hacía comentarios sobre sus cuerpos y si había alguien gordito (a) decía cosas despectivas. 

"Una vez discutió con una salonera y en otra ocasión una colaboradora reportó acoso sexual por parte de él así que nosotros investigamos todo, pero él era muy intenso y varias veces fue al Ministerio de Trabajo.

“En el hotel se realizaban dos o tres fiestas por mes para que los huéspedes tomaran vinos, bocas, era un espacio para ellos con música en vivo y se volvió popular a tal punto que personas externas llegaban como invitados. 

"También se hicieron fiestas particulares; una fue organizada por un amigo porque sabía la situación difícil que vivíamos por la pandemia así que se invitó a clientes, esto se hizo en tres ocasiones y fueron tres días consecutivos”, comentó Obando.  

Dijo, además, que durante las reuniones y fiestas que se realizaban entre los empleados siempre se hablaba en inglés.

En el apartamento donde vivía Obando con su esposo, Bodaan, durante un tiempo también vivió el imputado de apellido Herrera, un hecho que era bastante frecuente porque, según dijo Obando, otras personas también vivieron ahí.

“A los empleados que vivían en el hotel se les regalaba el alimento, no se les cobraba por las habitaciones que ocupaban, ni por el agua, luz, y también se les daba el servicio de lavandería”, agregó Obando.  

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