Huella dactilar permitió la captura del único condenado por homicidio de adultos mayores en Jacó

Casi 10 años le duró la fuga a este hombre quien la tarde del miércoles fue condenado a 75 años de prisión por asesinar al matrimonio compuesto por Alfredo y Tatiana Espinoza.

Los adultos mayores de origen cubano-estadounidense, fueron emboscados por Maikol Martínez Largaespada y dos hombres más, entre ellos uno de apellido Otero.

Los sujetos hicieron creer a los extranjeros, que les comprarían un apartamento que tenían a la venta en Jacó, pero la intención era asaltarlos y matarlos.

Otero fue detenido y en mayo del 2019 se fugó de la cárcel de Puntarenas, días después lo capturaron en El Salvador y estando en la cárcel, Interpol notificó que se había suicidado.

Sin embargo, la Fiscalía aún no confirma su muerte.

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“Mediante la oficina de asesoría técnica y relaciones internacionales, se llevaron a cabo diligencias para que se hiciera llegar la certificación de su autopsia o documento idóneo que permitiera resolver el expediente con un sobreseimiento definitivo por extinción de la acción penal.

Al día de hoy, aún se espera dicha documentación, por eso no es posible confirmar que otero esté, oficialmente, fallecido”.

En cuanto a Martínez Largaespada, su captura fue posible en mayo del 2019, es decir casi 10 años después del doble crimen que ocurrió el 24 de setiembre del 2010.

Durante los años previos la Fiscalía de Garabito solo contaba con una huella dactilar que recolectó del escenario del crimen.

Martínez fue aprendió por una causa de violencia doméstica y fue ahí cuando el Ministerio Público pudo comparar sus huellas y ser vinculado a la causa por la que recibió la alta pena.

La Fiscalía mantiene un expediente abierto contra el tercer sujeto que participó en el crimen de la pareja.

Sin embargo, de no ser detenido antes de setiembre de este año, la causa prescribirá.