POR Álvaro Sánchez | 11 de julio de 2024, 21:22 PM

Un par de tenis, camisas de marca y hasta con favores sexuales. Así les pagan a los sicarios menores de edad que operan en el cantón central de Puntarenas, según el director del OIJ (ver video adjunto de Telenoticias).

Los sicarios menores de edad que son reclutados por las organizaciones criminales en dicho cantón y son tentados a veces con cantidades ridículas de dinero y otras formas de pago.

Adolescente entre los 13 y 17 años conforman la mayoría de las víctimas en la guerra narco que protagonizan al menos ocho grupos criminales en la llamada Gran Chacarita.

“Hasta con una camiseta de la Selección Nacional que cuesta 50 mil o 60 mil les pagan para que puedan cometer algún tipo de ilícito y ellos inician como campanas que informan que la Policía va a llegar y les pagan para que vayan trabajando en eso, dentro de la estructura les enseñan a usar armas de fuego que incluso el OIJ no sabe cómo usarlas, una AK-47, por ejemplo, porque no es un arma permitida a nivel nacional, pero ellos sí, hay explotación sexual también, parte del pago es así en algunos casos”, explicó Rándall Zúñiga, director del OIJ.

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Según datos del OIJ, en lo que llevamos del año, Puntarenas registra el mayor aumento en la cantidad de asesinatos con respecto al año anterior.

En este 2024 se contabilizan 86 homicidios, mientras que, en el mismo período, pero del año anterior, fueron 74.

Este repunte tiene una explicación, a criterio del director del OIJ.

“El año pasado hicimos varias intervenciones importantes, se detuvieron a varios cabecillas, pero las prisiones preventivas vencen y algunas de estas están saliendo y esto ha generado disputas territoriales que han aumentado en los últimos días”, agregó el jerarca.

Muchos de esos menores reclutados terminan siendo víctimas de esa guerra.

Según los datos del OIJ, de los 452 asesinatos de este año, 16 de las víctimas eran menores de entre los 12 y 17 años y 176 tenían entre 18 y 29 años.

Aunque el OIJ de Puntarenas ha desarticulado varios de los grupos más violentos de la zona, algunos de los cabecillas regresaron por los territorios en disputa, situación que ha complicado el panorama.