POR Juan Manuel Vargas | 16 de abril de 2019, 2:00 AM

Un sismo ocurrido en la Semana Santa de 1983 generó la creencia que durante la semana mayor aumentan los temblores en nuestro país.

No existe fundamento científico para afirmar que en Semana Santa la actividad sísmica se incrementa, aunque la gente piense que esto es así por consecuencia del fuerte calor de la época o algo similar.

Fue el 2 de abril de 1983 cuando a las 8:50 de la noche ocurrió un temblor de 7 punto dos grados al noreste de Golfito y debido a ese movimiento la población asocia la Semana Santa con la ocurrencia de temblores importantes.

Estadísticamente el Ovsicori señala que solo se registran 4 eventos de magnitud intermedia y percibidos como fuertes durante las celebraciones de la semana mayor a parte del sucedido en 1983.

Hablamos de un movimiento sin magnitud registrada en 1842, otro de 5.7 en 1966, un temblor de 6.5 en 1973 y un sismo de 4.1 grados en 1993.

Incluso en los últimos 10 años se contabilizan 26 sismos durante la Semana Santa, pero no causaron daños o incluso no fueron sentidos por la población.

Los expertos recuerdan que los sismos son procesos aleatorios, cuya generación depende de la geología del país por lo que incrementos aparentes en la sismicidad, periodos de calma o terremotos pueden ocurrir en cualquier época del año.