Política
IAFA se suma a rechazo de proyecto para legalizar marihuana recreativa
El instituto estima que la legalización no solo aumentará el consumo, sino que además expondría a los menores de edad a esta droga.
El aumento de estados en los que el consumo y comercio de la marihuana es legal coincide con un “incremento sostenido” en el número de intoxicaciones con cannabis en menores de edad, así lo reveló esta semana un estudio de la aclamada revista estadounidense Pediatrics.
La publicación, a cargo de la Academia Americana de Pediatras, señala un incremento del 1.375% en el número de niños intoxicados en ese país con derivados del cannabis entre los años 2017 y 2021, pasando de 207 menores a 3.054.
En ese mismo periodo, Estados Unidos aumentó de 30 a 39 los estados en los que la marihuana medicinal era permitida, mientras que en el caso de la recreativa la cifra pasó de ocho a 18.
El estudio norteamericano llega en momentos en que la Asamblea Legislativa discute una propuesta de ley para permitir la legalización del consumo recreativo del cannabis, puesto que el medicinal ya fue aprobado por el pasado Congreso.
Precisamente, el Instituto de Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA) expuso semanas atrás ante la Comisión de Ambiente su rechazo a esta propuesta, entre otros, por las “serias dudas” que tienen sobre el acceso que los menores de edad podrían tener a esta droga por la simple apertura del mercado, además de la exposición indirecta relacionada con el consumo imprudente en adultos.
Esa preocupación, que también comparte el Centro Nacional de Control de Intoxicaciones (CNCI), está además respaldada por el aumento en el número de intoxicaciones relacionadas con el cannabis en los últimos cinco años, que a su vez coincide con el auge de productos derivados que ya se comercializan en el país.
¿Por qué?
Según el estudio, la legalización aumentó la presencia del THC (ingrediente psicoactivo del cannabis) en productos que son altamente atractivos para niños, como galletas, gomitas y confites.
Advierte, además, que la dosis típica de consumo comestible en adultos ronda un rango de entre 2,5 y 10 gramos de THC, pero hay productos como barras de chocolate que contienen más de una dosis, cuyo efecto se multiplica varias veces en el caso de los niños por un tema de peso.
A una realidad muy parecida se enfrenta Costa Rica.
“Desde 2018 ha habido un aumento en el número de intoxicaciones por marihuana y productos cannabinoides (que contienen compuestos como THC o CBD) como gomitas, aceites esenciales y otros productos que ya son mucho más accesibles aquí, porque se venden para dormir, para dolores o como tranquilizantes, entonces el acceso es mucho más fácil.
“Ahí hay una cifra importante en menores de edad que generalmente están relacionados a productos muy llamativos para los niños, estamos hablando de confites, popis, marshmallows… Entonces los niños se ven atraídos por esa presentación y por la relación con un producto que tiene buen sabor o es una recompensa”, precisó Marietta Somarribas, toxicóloga del Centro Nacional de Control de Intoxicaciones.
Así, mientras en 2018 la cantidad de menores de edad atendidos por intoxicaciones relacionadas con la marihuana fue de 44, para 2022 esa cifra se elevó a 73, pero el CNCI reconoce que el subregistro (casos que no se reportan al centro) es elevado.
El estudio norteamericano añade que más del 90% de las intoxicaciones se producen en las propias casas de los pequeños y que los efectos clínicos más reportados fueron la depresión del sistema nervioso central (70% de los casos), taquicardia (11,4%), vómito (9,5%), ataxia (control muscular deficiente, 7,4%) y agitación (7,1%).
Alrededor de una cuarta parte de los niños tuvieron que ser ingresados al hospital, un 8% de ellos en cuidados intensivos.
En el contexto costarricense también hubo casos de trasladados a centros médicos, pero ninguno por complicaciones severas.
La discusión del proyecto de ley, que llegó a la Asamblea Legislativa por iniciativa de la administración de Rodrigo Chaves, ha incluido un amplio número de consultas a instituciones como el Ministerio de Salud, el Organismo de Investigación Judicial, la Policía de Control de Drogas y el Colegio de Médicos.
La mayoría ha expuesto su rechazo a la iniciativa.
El texto, sin embargo, no se le ha consultado al CNCI por parte de los diputados de la Comisión de Ambiente, aunque ellos defienden que deberían ser un actor directamente relacionado con esa discusión.
“Hay una tendencia indiscutible al aumento de intoxicaciones con cannabis y con cannabinoides, y aunque no nos corresponde emitir un criterio sobre si se debe legalizar o no el cannabis recreativo, hay datos para respaldar que entre más exposición haya a una sustancia, la posibilidad de intoxicaciones se incrementa.
“Entre más veces cruce yo una calle, más posibilidades hay de que me atropellen, acá es lo mismo. El problema con esto es que las presentaciones son muy llamativas y en este país no hay una educación adecuada para el consumidor ni una cultura de prevención de intoxicaciones, y no hablo solo del cannabis, también sucede con desinfectantes, cosméticos, etc.”, finalizó Somarribas.