POR Katherine Ortega | 15 de septiembre de 2023, 12:34 PM

El swing criollo ha dejado una huella imborrable en la cultura musical del país. Tuvo su origen en las zonas bananeras en la década de los años 50, emergiendo como una forma de entretenimiento destinada principalmente a la clase obrera.

A finales de esa misma década, el swing criollo se trasladó a San José y fortaleció su presencia en los pequeños salones de los barrios del sur de la capital.

Ligia Torijano, profesora de baile y gestora cultural de este reconocido arte, señala que en sus primeros días, "bailar swing criollo era mal visto por la sociedad. Se consideraba el baile de la 'chusma' o de la 'canalla' y en muchos lugares no era permitido".

En la década de los años 80, el popular programa Fantástico, de Canal 7, llevó a cabo el concurso "Los piratas del ritmo", una idea del productor y presentador Leonardo Perucci. Al respecto, Perucci comenta: "Me decían que cómo iba a poner en televisión el swing, si ese era el baile de los 'delincuentes', pero yo me empeciné y lo llevé al programa. En dos años, esta forma de bailar se convirtió en un éxito rotundo".

El swing criollo se integró profundamente en el folclore del país, llegando al punto de ser declarado Patrimonio Cultural Inmaterial el 3 de mayo de 2012, gracias a la insistencia y gestión de la profesora de baile Ligia Torijano.

Carlos Guzmán, un reconocido cantautor nacional, musicalizó el tema "Costa Rica baila y canta" al ritmo de cumbia, con la idea de que el famoso "brinquito" del swing se pudiera ejecutar al compás de una melodía costarricense. Esta canción, además, refleja muchos de los elementos característicos del país.

En el video adjunto, se presentan historias compartidas por bailarines que mantienen viva la tradición del swing criollo. También podrá encontrar el reportaje completo, que tiene como objetivo visibilizar el valioso aporte cultural del swing y su evolución a lo largo de los años.

El swing criollo costarricense representa mucho más que música y baile; es un testimonio de la creatividad y la pasión de su pueblo. Está claro que esta forma de danza seguirá dejando una profunda huella entre los costarricenses.

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